Muchos afirman, Ortega y Somoza son la misma cosa, los mismos liberales en las marchas de los miércoles de protesta cuando teníamos el Partido Liberal Independiente (PLI) como la verdadera fuerza de oposición y a la cabeza de Eduardo Montealegre, respondíamos la consigna “Ortega y Somoza son la misma cosa”. Ortega se copia de Somoza pero no es copia de Somoza, son radicalmente opuestos.
Somoza fue ideológicamente definido, Ortega es un tipo ideológicamente ambiguo. Ortega se declara de izquierda, revolucionario y antiimperialista y en su gobierno mantiene una economía de libre mercado, con tecnicismo macroeconómicos absolutamente neoliberales y de alianza con el capital empresarial. También mantiene fuertes lazos de cooperación con los Estados Unidos (EE. UU.) en materia de seguridad y relaciones económicas. Los lujos de los Ortega-Murillo y sus viajes a Miami han sobrepasado a los Somoza.
El general Somoza pudo ser acusado de cualquier cosa menos de ser un ambiguo ideológico. Su definición a favor de la democracia representativa, el libre mercado, los valores occidentales y su alianza perpetua con los EE. UU. fue indiscutible, al punto que le llamaron “el último marine”. Su lucha centroamericana e internacional contra el comunismo también fue tenaz.
La alianza de los Somoza con los EE. UU. fue expresada al más alto nivel de la diplomacia mundial. Nicaragua siempre votó a favor del Estado de Israel en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Al contrario, Ortega ha sostenido su alianza diplomática con los enemigos de Israel: Hamas, la OLP y el recién creado estado de Palestina. Hay una diferencia de la tierra a la luna en este tema. Ortega se alineó a China y Rusia en la ONU en el caso de las sanciones contra Irán y su carrera armamentista nuclear.
De la misma forma, durante la Guerra Fría, los Somoza, podemos decir los Somoza, y no hay dos posiciones, tres hombres, una sola línea ideológica, cerraron fila al lado del capitalismo, la democracia occidental y el anticomunismo militante. Ortega en la Guerra Fría estuvo con Cuba y Rusia, con la tarjeta de racionamiento, el desabastecimiento y la explotación del pueblo que solo en leninismo se vive.
En su discurso Ortega afirmó que le molestan las comparaciones económicas de su gobierno con la era Somoza, que produjo un crecimiento sostenido de 9 por ciento anual durante más de tres décadas superior al 4 por ciento de crecimiento mediocre orteguista. Nicaragua era “el granero de Centroamérica”, con asesoría israelita, los nacionales no emigraban en busca de trabajo, sino todo lo contrario y no se escuchaba decir, nos vamos a EE. UU., aquí era el EE. UU. latinoamericano. Los campesinos eran propietarios de sus parcelas, que a la postre esa fue una de las razones por las cuales al marxismo le fue imposible penetrar en nuestro país como lo hizo en Cuba, se enfrentaba a una sociedad de propietarios y no a una masa de hambrientos y miserables.
Las zonas rurales, especialmente en el norte del país fueron bastiones de lucha anticomunista, por medio de la contrarrevolución y posteriormente en la vía cívica con la Unión Nacional Opositora (UNO). Somoza derogó el tratado Chamorro Bryan, Ortega entregó a los chinos la Ley 840, vendió la soberanía nacional, antes ya la había hecho con Cuba y Rusia.
El autor es abogado.
