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Ulises Huete Maltés

El miedo a la libertad

Por la libertad del ser humano se ha luchado desde que se conformó la sociedad, ni siquiera hacía uso del lenguaje; tal es el tema que abordé hace algunos años en este Diario, con la obra maravillosa de Sigmund Freud, publicada en 1912 (Tótem y tabú).
Erich Fromm, psicoanalista social, no aborda el tema de la libertad en el sentido de  “libertad para” sino en el sentido de “libertad de”.

La historia de la libertad se inicia bajo un proceso de individualización, en donde el hombre sale del seno materno, hacia los rigores que le impondrá la sociedad, y tendrá que abordarla o rechazarla. Esto último bajo procesos de evasiones, tratando de buscar su “yo”. Esta individualización, permitirá un crecimiento de la fuerza del yo, pero también dará lugar a un aumento de la soledad, la cual puede desembocar en un aislamiento que origine a su vez angustia e inseguridad intensa, al mismo tiempo que domina la naturaleza, se separa de ella (mas no se identifica) y se da cuenta que le ha tocado vivir, al individuo, un destino trágico: ser parte de la naturaleza, sin embargo, con el ánimo de trascenderla. La existencia humana y la libertad son inseparables desde un principio y la debilidad biológica del hombre es la condición de la cultura humana. El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón.

Erich Fromm, no habla del hombre cuando no hacía uso del lenguaje, pero sí había un contrato social, en donde el macho tenía supremacía, incluso de poseer a todas las hembras y sojuzgar a los demás machos (el tótem de Freud) pero sí había un contrato social que coartaba las libertades. Al llegar a viejo, el macho era devorado y su sangre era bebida por los jóvenes (el tabú según Freud) acto que ha llamado poderosamente la atención, con la comunión, a los estudiosos del planeta.

Bien, pero veamos como describe Fromm la libertad en la historia: I) En la Edad Media no hubo libertad individual, había un sentimiento de pertenencia, que lo encadenaba. II) En el Renacimiento, Fromm, hace hincapié en la competencia, desarrollar un mercado más fuerte y un anhelo de fama, con la reforma se destaca un proceso de individualización y es la religión. Lutero le dio la independencia al hombre, diciendo que la relación con Dios era directa; antes, se decía que el hombre era malo por naturaleza, esto no le daba libertad para hacer lo justo; Calvino, en Suiza, pensaba: “Estamos ya predestinados por Dios a quien salva y a quien condena, el éxito es la principal señal de la gracia divina”. Esto podría ser uno de los pilares del nazismo, pues lleva el principio de desigualdad entre hombres. III) En la sociedad contemporánea, el mundo se hace más competitivo y hay un mayor afán por conseguir riquezas; el problema es que, el hombre, cuanto más gana libertad, entendiendo la libertad como la aparición del individuo alejado de su primitiva unidad con los demás y con la naturaleza, cuanto más se transforma en individuo, se presenta con mayor magnitud el dilema  de unirse al mundo, a través de las condiciones que le impone la sociedad o buscar alguna forma de seguridad individual y es ahí cuando aparecen las evasiones: autoritarismo, destructividad, la conformidad automática o cuando el individuo deja de ser él y asume una personalidad que la sociedad le asigna.

El autor es médico.

Opinión libertad sociedad archivo
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