Dos buzos más fallecieron producto del síndrome de la descompresión en las labores de pesca de pepino del mar, que entre septiembre y lo que va de octubre ha provocado siete muertes en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte.
Dirigentes del Sindicato de Buzos del Caribe Norte confirmaron a LA PRENSA que dos buzos más murieron el domingo y el viernes.
Uno de los fallecidos es originario de Cabo Gracias a Dios y el otro de la comunidad de Butku, llano norte de Puerto Cabezas, lo que ha causado mucha preocupación entre el sector, ya que en solo una semana han fallecido tres buzos.
En septiembre fallecieron cuatro buzos en solo el inicio de operaciones de la pesca de pepino de mar, un buzo por semana, según confirmaron los dirigentes sindicales de la zona.
Trabajan en condiciones muy difíciles
Para el investigador costeño Renfred Paisano, el alcohol y otras drogas como la marihuana y el crack son frecuentemente utilizados entre los trabajadores del buceo antes de embarcarse o para tener más audacia cuando tienen que sumergirse por varias horas.
El pescador artesanal Juan Salviñas, de Sandy Bay Norte, dijo a LA PRENSA que los buzos que salen de su comunidad tienen que dormir, comer los 15 días en una lancha donde llevan comida, gasolina, el compresor de aire, las mangueras, en unas condiciones extremadamente difíciles, sumado a eso que el aire que utilizan a través de esos compresores con mangueras es más dañino para la salud de los buzos.
Evenor Saballos, líder del Sindicato de Buzos y Marinos Sibumiraan, de Puerto Cabezas, confirmó a LA PRENSA que la pesca de pepino de mar ha cobrado la vida de siete buzos en un mes y una semana de operaciones.
En tanto, en los barcos industriales de langosta se registran en todo el año dos muertos, para un total de nueve buzos.
El síndrome de la descompresión
El síndrome de la descompresión o enfermedad del buzo se produce cuando este no toma las medidas al momento de su ascenso, cuando lo hace despacio, el nitrógeno se desplaza a los pulmones y es respirado sin perjuicio alguno, de lo contrario forma burbujas en la sangre que pueden acumularse en articulaciones como las del codo o la rodilla y causar dolor, hasta la muerte.
La única posibilidad de seguir con vida para muchos de estos buzos es llegar a la cámara hiperbárica ubicada en el Hospital Nuevo Amanecer, en Bilwi; sin embargo desde los sitios de pesca hasta el lugar es un trecho largo. En todo el Caribe Norte solo existe una cámara.
Para el investigador costeño Renfred Paisano, un gran número de buzos se encuentra afectado con el síndrome de descompresión Tipo I y II, caracterizados por dolores musculares, dolores en las articulaciones, dolores de oídos y de cabeza, migrañas, adormecimiento de las extremidades y un malestar general y aún más agravado se observa la presencia de lesiones físicas y hasta parálisis.
Según el investigador, una de las causas principales es por la falta de acceso al control médico, los buzos para mitigar los dolores y el malestar se automedican, se inyectan calcio, toman vitaminas y utilizan el alcohol como relajante.
Una parte asegurados
Según datos del Sindicato de Buzos Sibumiraan, hay 1,800 buzos dedicados a la pesca de pepino de mar; 1,500 dedicados a la pesca de langosta en barcos industriales. Buzos dedicados a la pesca de langosta en barcos artesanales hay 800; en total de los 4,100 registrados solo 1,500 están asegurados.