Reyna Talavera es estilista y tiene un salón de belleza en el barrio San Felipe, Jinotepe. Desde una ventana de su negocio decidió grabar el maltrato al que supuestamente es sometido, casi a diario, el profesor en Biología y poeta, Noel Ernesto Zúniga, hijo dilecto de este municipio.
Zúniga es no vidente. Esta ciudadana relató que desde que tomó el video (miércoles 28 de septiembre) acudió al Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez (Mifan) y la Policía a exponer el caso, pero en ninguno de los sitios quisieron tomar la denuncia.
“Me dijeron en la Policía que fuera al Ministerio de la Familia, porque ellos no miraban eso, pero como ya había ido, me fui a la Comisaría de la Mujer. Yo escuché un artículo que si en tus manos está hacerle un bien a alguien que está en dificultad y no lo hacés, te volvés cómplice y yo tengo tiempo de estar escuchando esa situación de ese pobre señor”, explicó.
En el video se observa cómo el señor de unos 70 años está sentado sobre un pasillo queriendo levantarse, mientras supuestamente su esposa Ana Muñoz, le echa agua en reiteradas ocasiones y luego le tira patadas.
Después de varios reclamos, la mujer —quien es abogada y forma parte de un grupo de oración en la iglesia San Antonio— muy enojada le quita los zapatos al poeta y se los lanza a otro extremo del patio de la vivienda.
“Yo no había visto, hasta que ella (Reyna Talavera) me mostró un video donde él (el profesor Ernesto) está sufriendo de maltrato por su propia esposa que lo agrede”, expresó la profesora Manuela Zambrana, quien labora en una ferretería, cerca de la casa del poeta.
“Nosotros hemos escuchado en ocasiones, cuando le gritan al profesor, cuando él está pidiendo que lo lleven al baño y recibe malas contestaciones”, dijo Heydi Hernández.
Al ser abordada por varios medios de comunicación, Muñoz en un primer momento afirmó haber cometido actos de violencia en contra de su esposo, pero luego se retractó.
¿Y las autoridades?
LA PRENSA intentó conocer la versión de las autoridades de Mifan y en recepción dijeron que por la gravedad del caso, no podían hacerse cargo y que a la Policía le correspondía dar seguimiento.
El subcomisionado Nahúm Navarrete, jefe de investigaciones de la Policía de Carazo, adujo desconocer esa situación, pero expresó que está disponible a recibir la denuncia.
