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Fijación mental por las asimetrías

Me contaba un vecino que durante una de sus acostumbradas caminatas alrededor del parque de nuestro vecindario, notó que una de las dos esferas de ventilación ubicadas en el techo de una vivienda, a pesar del viento prevaleciente, se había detenido.

Me contaba un vecino que durante una de sus acostumbradas caminatas alrededor del parque de nuestro vecindario, notó que una de las dos esferas de ventilación ubicadas en el techo de una vivienda, a pesar del viento prevaleciente, se había detenido.

Como todos sabemos, estas esferas funcionan con la energía cinética de las corrientes de aire, permitiendo por uno de sus costados, durante su movimiento giratorio y a través de sus álabes semiabiertos, la entrada de aire fresco, y por el otro costado la salida del aire caliente del ambiente al que están conectados. De hecho, esta situación asimétrica, con el pasar de los días, vino a constituir para mi vecino una incómoda, molesta e inconcebible fijación mental, que incluso por las noches, al acostarse y recordarla, le provocaba insomnio. Claro que dicha fijación podría tipificarse como muy rara, no obstante, son muchísimos los que sufren de fijaciones mentales por asimetrías de diversa índole, que, de no tratárseles debidamente, podrían desembocar, como mínimo, en graves complicaciones en la salud de las personas.

Continuó narrando mi vecino que después de casi tres semanas, al pasar frente a la casa donde ocurría la asimetría en cuestión, percibió que la dueña del inmueble barría su acera y de pronto, impulsivamente, sin pensarlo dos veces y aprovechando la circunstancia, se dirigió hacia ella, la abordó y le dijo: “¡Señora, buenos días! ¿Ha notado que una de las pelotas del techo no está funcionando?” Y ella le respondió: “¡Pues sí, pero como ese cuarto no lo estoy ocupando, no me preocupa mucho su ventilación!”

A continuación, de la mejor manera posible, mi vecino le expresó su insufrible problema de fijación mental con el mal funcionamiento de la bendita pelota, y al final, después de escucharlo con asombro pero con una sonrisa de mujer bondadosa, la señora le contestó: “Mire, pierda cuidado y no se preocupe, mañana viene un trabajador que me hace los mantenimientos y, entre otras cosas, le pediré que arregle el problema”. En efecto, dos días más tarde el problema se había resuelto y al tercero, al pasar por ahí, la señora bondadosa salió para decirle: “¡Señor, mire, sus pelotas ya están dando vueltas!”

Indiscutiblemente, la fijación mental de mi vecino ocurrió por una asimetría irrelevante, ante otras que a diario padecemos todos los nicaragüenses, como es el caso del desempleado que vive en la pobreza extrema, quien junto a su familia, por la falta de alimentos, el hambre le araña sus entrañas y no logra conciliar el sueño. Otros sufrimos de insomnio por la carencia de transparencia en las elecciones presidenciales; por las frecuentes violaciones a la libertad individual y colectiva y a nuestros derechos humanos; por los huelepega; por los niños y ancianos que piden en los semáforos; por la falta de una educación de calidad; por la ausencia de una visión integral y sostenible para el desarrollo del país; por la corrupción generalizada; por la injusta distribución de la riqueza, etc. También los hay, quienes no duermen porque no son tomados en cuenta en los empleos o contratos del Gobierno y de la empresa privada; lo anterior, porque no pertenecen al partido gobernante y/o porque no son parte del tráfico de influencias en las cúpulas del poder.

Por lo señalado, “ruego a Dios porque, unidos por nuestras coincidencias en valores y principios, seamos más participativos y tolerantes en la solución de nuestros problemas sociales” y, además, no seamos indiferentes al dolor humano, pues, en tanto poseamos y podamos, deberíamos ser menos egoístas y más misericordiosos, al menos con quienes sufren de miseria extrema.

Y, complementariamente, aprovechando la presencia conciliadora de la OEA, bien podríamos ordenarle a nuestros gobernantes, al igual que la señora bondadosa hizo con su empleado, que, para resolver las asimetrías del país, creen un Plan de Acción de Desarrollo Sostenible para los próximos veinte años y, sin excluir a nadie ni violentar la Constitución, comiencen a implementar cada acción del referido Plan, según su prioridad respectiva. Si todas las personas decentes, ciudadanos y gobierno,  procediésemos en un propositivo cambio de actitud, indudablemente en Nicaragua habría más progreso, mayor desarrollo y, consecuentemente, mejor calidad de vida.

El autor es ingeniero civil

Columna del día asimetría OEA archivo

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