Antes de enfrentar al campeón mundial FIB (Federación Internacional de Boxeo) José Argumedo y perder, antes de pensar en un futuro sin carencias para él y los suyos, el jinotegano Julio “El Gigante” Mendoza se desplazaba sobre la línea de los más importantes de las 105 libras en el país, habiendo incorporado a su currículum el título nacional de esa división al derrotar a Omar “El Chino” Ortiz en abril.
En suelo azteca, Mendoza, quien además se gana la vida como artesano de recuerdos que vende a extranjeros, no logró el cometido de arrebatar la corona, pero en Nicaragua, en sus manos sigue estando el título de monarca mínimo y Ortiz está listo para desafiarlo en revancha, el 19 de noviembre en Juigalpa, Chontales, como estelaristas de la velada que montará Pinolero Boxing.
Tanto Mendoza como Ortiz son boxeadores quisquillosos, dueños de la sana terquedad de querer salir adelante a pesar de que la vida les pinta lo contrario, después de Byron Rojas (excampeón mundial) y Carlos Buitrago, son ellos las figuras, los que nacieron con un pucho de talento pero que han logrado brincar las barreras a base de sacrificio.
Esa misma noche, en el centro del ring se pondrá a disposición de David Bency y Levis Morales el cinto nacional de las 140 libras. El primero ha demostrado que tiene más corazón de técnica y el segundo, oriundo de Chontales, va dibujando con cuidado su camino al futuro con solo tres derrotas.
Tercer plato
Más allá de los dos títulos nacionales en juego, que serán sin duda lo llamativo de la jornada, Dixon Flores y Marcio Soza tienen un combate eliminatorio para saber quién de ellos entra por la puerta grande para desafiar a Aron Juárez por el Título Fedecentro de las 118 de la Asociación Mundial de Boxeo, que ganó recientemente en la Copa de Pesos Gallo que organizó Pinolero Boxing.