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Arnoldo R. Martínez Ramírez

Enseñanza en Nicaragua

El Tercer Estudio Regional Comparativo Explicativo (último Terce, 2013), indica que la calidad de la enseñanza en Nicaragua es ineficiente. El nivel de aprendizaje de alumnos de 3º y 6º grado es limitado, y está bajo la media en conocimientos de matemáticas, lectura y escritura. En Ciencias Naturales, los alumnos de 6º grado también aparecen bajo la media. Esto se evidencia en los exámenes de admisión a la universidad en los que solo aprueban el 3 por ciento en Matemáticas y el 8 por ciento en Lenguaje. (La UNAN-Managua, recién eliminó los exámenes de admisión en 24 carreras).

La inversión en educación básica y secundaria varía entre el 3.0 por ciento y el 1.2 por ciento del PIB. El estudio del Centro de Investigación y Acción Educativa Social (2014), indica que en Nicaragua se invierten 70 dólares por año/estudiante, la cifra más baja en la región. Los estudiantes de primaria y secundaria son 1.6 millones: 230 mil en preescolar, 880 mil en primaria y 510 mil en secundaria. Aunque la educación primaria es obligatoria, la deserción escolar es alta: 45 por ciento no terminan el 6º grado y el 66 por ciento la secundaria. Algunas causas son: el 57 por ciento de niños entre 7 y 12 años trabajan en la casa o en el campo; el acceso a la escuela es difícil; 1 de cada 4 adolescentes entre 15 y 19 años salen embarazadas o son madres; desnutrición; atracción por traficantes o pandillas; desinterés. A nivel nacional la escolaridad es de 5 años; 3 a nivel rural y 6 a nivel urbano. Hay relación directa entre aumento de años de escolaridad y desarrollo económico. El 15 por ciento de jóvenes entre 15 y 24 años ni estudian ni trabajan.

El sueldo de los maestros de primaria y secundaria varía entre 225 y 260 dólares, mientras el promedio en Centroamérica es de 450 dólares. El 40 por ciento de docentes son empíricos, y en ciertas áreas del país sube al 55 por ciento. En sus aulas atienden a sesenta estudiantes y más, siendo veinticinco lo recomendado. Las condiciones de instalaciones, equipos, material de estudios, investigaciones y transporte, son deplorables. Una cantidad importante de escuelas rurales carecen de agua, luz y servicios sanitarios. Salvo la pasión por la docencia de algunos profesores, su trabajo está ausente de estímulos intelectuales, espirituales y materiales.

La deficiente formación previa provoca que los que ingresan a la universidad tengan serios problemas de aprendizaje, en particular, en matemáticas y lenguaje. Sus impedimentos en la lectura y su comprensión son comunes, y se les dificulta seguir instrucciones por simples que sean. En la inmensa mayoría de centros educativos no se desarrolla en los educandos la lectura comprensiva, de allí que haya tantos muchachos y muchachas que llegan a la universidad sin saber leer, en su acepción de: comprender, asociar, imaginar, jerarquizar, derivar conclusiones de lo leído. “Leer” así no crea hábito y, en consecuencia, sin esa práctica, gran parte de lo que ocurre en el mundo queda vedado a su conocimiento. … (Mario Urtecho, agosto, 2010).

De los 160 mil estudiantes que acceden a la universidad, el 42 por ciento termina sus estudios, pero solo 4 de cada 10 graduados consiguen empleo. La calidad de los docentes, el diseño curricular de cada profesión, los libros y materiales de estudio presentan dificultades. Las investigaciones han sido relegadas. La distracción de días/enseñanza por actividades partidarias afecta el calendario de estudios. Algunas universidades de cuestionada rigurosidad académica se enfocan en matricular y graduar estudiantes a costos elevados.

Para complicar la ecuación descrita, son pocas las universidades que enfocan sus estudios en preparar profesionales con las competencias y habilidades para trabajar en un mercado dependiente de la tecnología, internet, virtualización, aplicaciones analógicas y digitales, emprendedurismo, mercadotecnia, consumismo, redes sociales, robótica, drones… De igual manera los conceptos de negociación, resolución de conflictos, innovación, inteligencia emocional, teoría de los interesados, creatividad, son privativos para especialistas organizacionales.

La dimensión humana tiene poco espacio en la enseñanza. Las materias de filosofía, ética, sociología, antropología están en las bibliotecas. Con suerte estaremos preparando técnicos con pobre entendimiento de las transformaciones sociales; con poca conciencia social, ética y moral; seres individualistas.

Nos educamos porque queremos ser profesionales, investigadores, científicos, aprender un oficio. En la actualidad, son escasas las universidades que tratan con rigurosidad académica la Investigación, Desarrollo, Innovación (I+D+I), áreas importantes, que deben ser vistas como un medio y no un fin. De lo contrario, ¿en qué momento conoceremos a nuestros congéneres; profundizaremos en nuestras necesidades e identificaremos el camino de la justicia, donde respetemos la dignidad humana; cuándo comprenderemos que nuestro compromiso es servir; cuándo amaremos a nuestros semejantes y nos dejaremos amar?

La forma más efectiva de educar es a través del ejemplo. ¿Cómo lograr comportamientos ejemplares con liderazgos mediocres y ausentes de principios y valores en la familia, gobernantes, políticos, empresarios…? La conducción de los líderes enemistada con la ética, ha contribuido al comportamiento disfuncional, expresado en: irrespeto a las leyes; corrupción crónica; devastación de la naturaleza; impuntualidad; difamación; ignorar las buenas costumbres; excedidos de soberbia, prepotencia, fanfarronería, mentiras, envidia y codicia.

El autor es contador.

Opinión educación Nicaragua PIB archivo

COMENTARIOS

  1. Alvaro
    Hace 7 años

    Me gustaría saber donde se pueden encontrar oportunidades laborales en robótica, drones y virtualización. Si el señor autor sabe que estos son en realidad oportunidades en Nicaragua (y no en otro país), que las comparta. Gracias

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