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Yalmer Duarte Barrera sueña con ser doctor y curar a niños que padecen cáncer. LAPRENSA/C. TÓRREZ

Los pequeños que luchan contra el cáncer

Yalmer Joel Duarte Barrera no despertaría a la hora habitual el 10 de diciembre del 2015, y fue trasladado de emergencia, en una ambulancia, al hospital Infantil Manuel de Jesús Rivera “La Mascota”. Aquí su historia.

Su dolor de cabeza era constante, aunque eso no le impedía jugar con sus amigos o ir a la escuela. En ocasiones, su mamá lo debía llevar al centro de salud en Rosita, un municipio de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte porque el dolor se hacía más fuerte.

La medicina curativa era una acetaminofen que menguaba su dolor por ratos hasta que regresaba, esto llamó la atención del doctor de la zona, pero la enfermedad fue más veloz, e hizo que Yalmer Joel Duarte Barrera no despertara a la hora habitual el 10 de diciembre del 2015, y fuese trasladado de emergencia, en una ambulancia, al hospital Infantil Manuel de Jesús Rivera “La Mascota”, y luego al Lenin Fonseca.

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Su madre, Mercedes Duarte, pensó que su hijo no sobreviviría a la operación de ocho horas de la que los médicos no le aseguraban nada más que hacer su esfuerzo para retirar el tumor cancerígeno que se alojaba en su cabeza, la causa de los recurrentes dolores.

Del quirófano pasó a cuidados intensivos, de donde salió recuperado. Este jueves le harán su tomografía número siete, según el conteo de Mercedes, ya que no se acuerda muy bien de cuántas le han hecho desde que llegó a Managua. Espera que los restos del cáncer craneofaringioma ya no estén en la cabeza de su “tierno”, a como lo llama.

Mientras tanto, Yalmer sonríe, aunque sus ojos lucen un poco apagados, pueda ser por el cansancio que le provoca el tratamiento que ha recibido para frenar la enfermedad que amenaza contra su vida.

Sueña con ser doctor y espera que el diagnóstico que reciba sea positivo para seguir estudiando y convertirse en un médico que pueda curar a niños que padecen cáncer.

La lucha de Yalmer para ganarle a la enfermedad lo comparten aproximadamente otros treinta niños que viven en la casa albergue hemato-oncología del hospital “La Mascota”, todos ellos originarios de departamentos del país.

El objetivo es apoyar a las familias de escasos recursos mientras los niños reciben tratamiento, explica Dalia Alemán, directora ejecutiva de la Comisión Nicaragüense de Ayuda al Niño con Cáncer (Conanca).

La historia de Dorissel

Cuando conoció la noticia le dijeron que perdería el cabello, y aunque a Dorissel Hernández de 14 años le han hecho quimioterapias cada quince días durante seis meses, su cabellera luce bien, no está como antes, pero la mayoría de su cabello sigue ahí. Aún no sabe que estudiar dice entre risas, pero no olvida las tardes de juegos en su natal Totogalpa.

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