Uber pinolera
La posible llegada al país de la empresa Uber ha causado críticas y pánico de parte de los taxistas, porque no quieren tener a un serio competidor, que realmente brinde un excelente servicio a los usuarios. Los clientes del transporte selectivo actualmente tienen que aguantar el pésimo servicio que los taxistas ofrecen, desde conductores malcriados con su deslucida presentación (hasta falta de higiene), y el estado defectuoso de sus unidades de trabajo.
El economista Joseph Schumpeter decía que cuando las nuevas tecnologías o los nuevos métodos de hacer negocio aparecen, el resultado es la desaparición de los productos y servicios obsoletos. A esto le llamó la “creatividad destructiva”. Por eso en vez de andar en coches halados por caballos, ahora andamos en vehículos; en lugar de usar el telégrafo usamos los teléfonos convencionales, y ahora los celulares; y en vez de máquinas de escribir tenemos computadoras. Pero cuando lo anticuado, lo obsoleto y lo desfasado evitan la entrada de la nueva tecnología al mercado, se detiene el progreso económico.
Los taxistas, en vez de tratar de impedir la llegada a Uber, deberían de prepararse para brindar un mejor servicio a los usuarios. Y ojalá, que en un futuro cercano también permitan que entren a Nicaragua otras empresas de buses, porque el actual servicio de transporte colectivo es malísimo y deplorable.
José Ramón Quiñónez.
Reducir accidentes de tránsito
Desde hace buen tiempo venimos observando cantidades de accidentes de tránsito donde se combinan la velocidad y el estado de ebriedad, causando en su mayoría la lesión inmediata de uno o varios de sus tripulantes y en el peor de los casos la muerte.
Prácticamente, este flagelo se convertiría en un cáncer operable si existiera interés por parte del Gobierno central y Policía Nacional para reducir los accidentes de tránsito, mediante la implementación de operativos estrictos y rutinarios, que ayuden a formar en la mente del conductor la cultura de precaución y de alerta al momento de decidir a qué lugar ir a beberse unos tragos.
La principal medida a tomar es que la Policía brille por su presencia por las noches y madrugadas en las zonas recreativas de mayor concurrencia donde se ingiere alcohol. Debe llevar como mínimo a diez agentes de Tránsito por patrulla, detener a la mayor parte de los conductores que abandonan la zona, con el fin de ejecutar la debida inspección de sus documentos y lo primordial: corroborar su nivel de alcohol en la sangre, si está por encima de lo permitido proceder a aplicar la multa, llevar el vehículo al depósito y trasladar al ciudadano ebrio a las celdas correspondientes, según su distrito. Si estos operativos se convirtieran en una costumbre, empezarían a sentir el rigor de la Ley sin más opción que acatarla, experimentarían lo engorroso de resolver su situación sumado a un gran gasto económico, la gente pensaría dos veces antes de salir sin designar un chofer que no tome.
Mientras la Ley no se haga sentir la población dirá que no es de obligatorio cumplimiento. En cambio, si las personas sintieran el temor por incumplir la Ley, fuera diferente, como ejemplo puedo mencionar la pensión alimenticia y el transporte de estupefacientes, en cuyos casos la Policía aplica la ley severamente. Otro punto importante para concentrar la mayoría de los agentes en las noches, sería abortar de forma parcial la misión de estar en el día efectuando retenciones al azar, donde se torturan su vista al calcular si el conductor pisó por una pulgada o menos la línea continua e invadió carril.
Parece imposible pero no lo es, para este Gobierno no existen obstáculos que impidan la ejecución de proyectos sociales, lo que sí predomina es la falta de voluntad cuando no son temas de su interés. Para muestra un botón, cuando al Ejecutivo le urge la aprobación de una ley ajustada a su medida solo envía la solicitud a la Asamblea Nacional con el aviso “Trámite de Urgencia” y sus colaboradores muy diligentes solo aprietan el botón verde para su aceptación.
El aumento del costo de las multas de tránsito no resuelve esta problemática, quedó demostrado con la primera reforma que se hizo en 2014, en lugar de disminuir los accidentes se incrementaron. Lo único que se logró fue inflar las arcas de la Policía por ser una medida meramente recaudatoria. La Policía pretende hacer creer a la población que trabaja en el tema capacitando a taxistas, conductores de buses escolares y a los talleres de inspección mecánica, sectores desligados totalmente de la mayor incidencia de accidentes, lo único que logra es poner una cortina de humo al principal problema, que es reducir los accidentes de tránsito por estado de ebriedad.
Rodney Rodríguez B.
El Gran Canal y sus expectativas
El Gobierno de Nicaragua le entregó supuesta y gratuitamente a la empresa HKND Group, de Wang Jing, la concesión para llevarse a efecto el estudio y construcción de la megaobra “Gran Canal Interoceánico de Nicaragua” que cruzaría el Gran Lago Cocibolca. La entrega de la concesión fue en el año 2013 y, según el señor Wang Jing y el ingeniero Telémaco Talavera, la construcción de dicha megaobra comenzó en diciembre del año 2014, lo que resulta imposible desde todo punto de vista. En todo país democrático es normativo y tradicional que cuando se proyecta y se lleva a la realidad una obra de las dimensiones del Gran
Canal Interoceánico se someta a la aprobación del pueblo.
Factores que determinan el proceso de la megaobra en referencia:
1. Referéndum a nivel nacional.
2. Estudio de factibilidad: técnico, social, jurídico, económico y ambiental.
3. En el caso de Nicaragua se necesita el consentimiento y aprobación del campesinado propietario, fincado dentro de la franja diseñada para llevarse a efecto la construcción del Gran Canal.
4. Su elevado costo (50,000 millones de dólares) y su alta y compleja tecnología solamente es posible que lo asuma una potencia como: Rusia, República Popular de China o Estados Unidos.
5. El Gran Lago Cocibolca, que es parte en donde cruzará el Gran Canal Interoceánico que por su capacidad, potabilidad y ubicación no sería raro que, en un tiempo prudencial lo declararan Patrimonio de la Humanidad, sería inevitable su contaminación si se construye el Gran Canal.
En vista de que ninguno de los cincos factores antes señalados han sido superados por el grupo Wang Jing, ¿qué se espera de la presunta construcción?
La pregunta del millón: ¿por qué tanta insistencia y represión contra el campesinado fincado en la franja diseñada para llevarse a efecto la construcción del Gran Canal, si su construcción, en buen nicaragüense: “está en la cola de un venado”? Así decía mi abuelo cuando las cosas se convertían en una simple ilusión.
Todos los campesinos fincados en las franjas proyectadas para llevarse a efecto la construcción del Gran Canal no aceptan vender sus parcelas a precio de Catastro, sino comercial; pero según la Ley 840 en el artículo 12, obliga al campesino propietario a entregar su finca si se opone a la Comisión del Proyecto de Desarrollo del Canal de Nicaragua. En vista de que la Ley 840 es nefasta para el campesinado ubicado dentro de la franja proyectada, y por su incierto futuro y sobrevivencia depende de la derogación de la Ley 840. La lideresa campesina Francisca Ramírez ha organizado múltiples marchas en contra de la Ley 840 y su derogación, las cuales han sido interceptadas por la Policía Nacional en forma violenta e inhumana.
Todos los nicaragüenses, sin distingo de colores políticos, estamos en la obligación de apoyar al campesinado en referencia, en su lucha libertaria y soberanía.
En la referida franja se esconde en la mente de Jing y Talavera un gran proyecto turístico, y el cuello de botella está en desalojar a los campesinos que están ubicados dentro de la franja.
Armando Lau Gutiérrez.