El hecho de haber leído por años los editoriales que escribió PJChC, crea expectativas de que los escritos de PJChB sean de tono similar, mostrando obstinación por la democracia, la verdad y la justicia, y por lo tanto, totalmente intolerante a cualquier forma de engaño y de actuación incorrecta. Quizás por esa razón, no me está resultando fácil entender los artículos de PJChB en el presente año, cuando está hablando de política.
En efecto, me dejó extrañado con su artículo del 15 de marzo En honor a la verdad y la justicia, cuando nos sugiere que el periodismo nicaragüense no ha sido muy justo con los gobernantes, al presentar fundamentalmente lo malo. “Lo negativo está dicho a diario”, nos dice, y hasta se sorprende cuando encuentra objetividad en un artículo en LA PRENSA, donde se hace un balance de la gestión gubernamental. ¿Qué medios ve o escucha PJChB? Lo que uno ve es una abrumadora exaltación y alabanza a toda hora del “buen gobierno” de Ortega y Murillo, en la mayoría de canales y radiodifusoras. Hasta las donaciones extranjeras las presentan como frutos de su administración. Esto aparte de que se necesita de un periodismo crítico, incluso ante los logros y cosas buenas. En el caso de la economía nicaragüense, cabe preguntarse: ¿No deberíamos estar mejor con tanto dinero recibido de Venezuela? ¿Por qué Costa Rica nos ha dejado tan rezagados económica y socialmente, después de que en la década de los 70 las diferencias con Nicaragua no eran abismales?
Más recientemente, el 22 de marzo, nos dice, en primer lugar, que la observación electoral por parte de la OEA es suficiente para asegurar la buena marcha de las elecciones. Inaudito. Imposible imaginarme a PJChC diciendo eso. Es cierto que la mencionada observación es útil, y que de por sí constituye una derrota para Ortega, que ha debido tragarse sus palabras de llamar sinvergüenzas a los observadores electorales extranjeros. Pero es falso que sea suficiente. Ha habido fraude en presencia de observadores internacionales, y para tener elecciones libres, justas y honestas, se necesita, entre otras cosas, que desaparezca la confusión Estado-partido; que las personas que constituyen el sistema electoral y el judicial en todas sus instancias sean imparciales y honestas, lo que está muy lejos de la realidad actual; que no haya uso de los bienes del Estado para favorecer al partido gobernante; que haya plena libertad de votar de acuerdo con la conciencia de cada quien, y no por terror a no poder trabajar en instituciones estatales, a perder una beca, o a recibir un garrotazo, si no se vota por los candidatos del partido gobernante.
Pero lo más serio es que PJChB, mientras remarca que la unión de la oposición es imposible, nos dice que la razón por la cual la oposición está dividida es porque CxL ha optado por participar en las próximas elecciones municipales, mientras que el resto se opone. Es fácil mostrar la falta de veracidad de lo anterior, si se toma en cuenta que la decisión de participar la estaría tomando CxL luego de conocer el acuerdo Gobierno-OEA, donde se establece la disposición del gobierno de aceptar la observación electoral, lo que ocurrió después del 25 de febrero de este año. Sin embargo, CxL tomó la disposición de apartarse, y por lo tanto, de dividir a la oposición, poco después de las votaciones de noviembre del año pasado.
Si estamos comprometidos con una Nicaragua libre y democrática, debemos retomar el ejemplo de PJChC de buscar seriamente la unidad de la oposición, y tomar decisiones en conjunto, nunca por separado.
El autor es médico leonés.