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Efectos de las pantallas
Gonzalo Cardenal M.

¿Cómo se llegó a todo esto?

¿Cómo empezó todo esto que llamamos cultura juvenil?

Hasta fecha reciente el joven era una persona más en la sociedad. Y una persona útil. Entraba muy pronto al mundo de la realidad y se hacía un hombrecito. Casi desde niño empezaba a trabajar con su padre o a aprender su oficio. Y se incorporaba poco después a la sociedad igual que los adultos. Lo mismo la muchacha, quien desde niña ayudaba en los oficios de la casa. No existía una diferenciación entre el mundo de los jóvenes y el mundo de los adultos.

En el siglo XVII empiezan a existir las escuelas en la forma en que hoy las conocemos. Son en cierto modo un mundo aparte constituido por jóvenes, pero era un mundo dirigido y supervisado por los padres o sus representantes.

Con la llegada de la era tecnológica, la sociedad y los trabajos se fueron haciendo más complejos, se necesitaba saber más y estudiar más, o capacitarse más para poder sobrevivir en el mundo. Su ingreso al mundo se fue retardando, permitiéndole ahora dedicar los primeros 18 o 21 años de su vida a estudiar. Y así se fue creando un mundo juvenil hecho de jóvenes de quienes no se esperaba nada sino que estudiaran para el futuro. Se les permitía no trabajar y se les mantenía para que pudieran prepararse mejor.

Esto prolongó su niñez, porque otra característica del niño es el ser una persona de quien no se espera nada; una persona sin obligaciones ni preocupaciones, que recibe todo de los adultos. Y el joven siguió siendo niño. Poco a poco se fue multiplicando el número de ambientes exclusivo para jóvenes (salones discotecas, festivales, etc.) y el número de productos para su consumo (música, películas, programas, artefactos). Con la llegada del radio de transistores, la televisión, etc. las influencias podían ahora llegar directamente al niño sin pasar por el control de sus padres.

Había nacido una auténtica cultura juvenil. Es decir fuera del control de los padres, con la que el joven se identifica, en donde se mueve, con un modo de ser y un estilo de vivir juvenil, con ideas, valores, patrones de conducta y relaciones distintas del mundo adulto. Un modo de hablar y de vestir exclusivo del joven. Un mundo con líderes juveniles que a partir de los Beatles tienen un mensaje concreto para ellos. Con una filosofía, una religión que influyen sobre ellos de una manera más fuerte que las religiones y líderes religiosos del mundo adulto.

Se le construyó un mundo aparte y como era niño sobró  quien se lo llenara de fantasías. Suponía capacitarse para la vida real y el mundo juvenil lo está haciendo cada día más incapaz de enfrentarse a ella. Inmerso en un mundo artificial, no resiste el impacto que supone el incorporarse al mundo adulto. En el mundo juvenil el éxito estaba basado en tres grandes pilares: su atractivo físico, su popularidad y su atractivo sexual. Ninguno de ellos le basta ahora para triunfar. Algunos optan entonces por seguir en su propio mundo y no logran salir nunca de él. Siguen siendo niños irresponsables sin obligaciones, que dependen en todo de los adultos. Parásitos de la sociedad.

Quisieron hacer del mundo una gran fiesta, pero no logran divertirse en ella. Es su fiesta pero no están invitados. Quisieron hacer de su vida una continua diversión y han perdido hasta la capacidad de divertirse. Querían prepararse para entrar en el mundo, pero cada día son más los que solo buscan cómo escaparse de él.

Ea autor es miembro del Consejo de Coordinadores de la Ciudad de Dios
reflexivo33hotmail.com

Opinión cultura juvenil archivo
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