Cristofer Rosales se marchó este domingo a mediodía al Reino Unido. Viajó tan largo —23 horas de avión en avión— para tener la pelea más importante de su carrera. El 26 de mayo en la Arena Motorpoint se encontrará en el ring con el local Andrew Selby por el derecho de acceder pronto a un combate por el título del mundo de las 112 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
“Esta ha sido la mejor preparación de mi carrera. Estuve reconcentrado, apartado de mi familia. Hice más de cien rounds de guanteo, corrí, nadé, y es por eso que me siento como nunca. Me voy cerca del peso y con la confianza de que saldré con la mano en alto”, declaró Rosales, quien ocupará la plaza estelar de la velada junto con Selby.
El muchacho de la Colonia Nicarao, de Managua, se fue con quien ha sido su entrenador de cabecera, Róger González, y con Wilmer Hernández, actual adiestrador del tetracampeón Román “Chocolatito” González. Según el itinerario, volarían primero a Panamá, luego a Ámsterdam y más tarde al Reino Unido.
“Plan de destrucción”
Desde su debut, en mayo de 2013, a Rosales le ha llegado la oportunidad que había esperado. Ha estado enfocado siempre en ser campeón del mundo y Selby resulta ser el primer eslabón de esa cadena que lo podría llevar antes que termine el año a desafiar al actual monarca, el japonés Daigo Higa, quien le arrebató el título al mexicano Juan “Churritos” Hernández este sábado.
“El plan que llevo es de destrucción. No habrá otra alternativa para poder ganarle a Selby, él es rápido, pega y se mueve. Además, sé que para ganar en casa hay que establecer una amplia ventaja, para no prestarse a un mal fallo de parte de los jueces”, reconoció Rosales.
“Me imagino una pelea no muy dura, porque sé que golpeándolo fuerte, él no sabrá qué hacer. Voy a salir a buscar el nocaut”, agregó. En esta semana que inicia el muchacho trabajará para dar el peso el jueves 25 de mayo, un día antes que suba al ring frente a Selby.