Para llegar a su casa debe subir una escalera improvisada, hecha con llantas de vehículos. Detrás y casi encima de la humilde vivienda de Martha Rodríguez, está el cerro Los Martínez, uno de los puntos críticos en Managua y propenso ante la amenaza de deslaves.
Rodríguez tiene 12 años de vivir en ese lugar, tiempo en el cual ha visto como una “corriente fuerte” ha socavado el callejón que conduce a su casa y pone en riesgo a la vivienda que está al lado de la de ella. “Si se derrumba enfrente nos caemos nosotros abajo”, dijo.
Cuando llueve de forma intensa durante un corto tiempo, la amenaza de derrumbe en lugares como el que vive Rodríguez se eleva, aseguró Denis Meléndez, facilitador de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo (MNGR). A esto se debe sumar si el lugar no cuenta con cobertura boscosa y si además el suelo es arenoso, la situación se torna más delicada, dijo el especialista.
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De acuerdo con datos del proyecto Mapa de Riesgos de Deslizamientos y Sistema de Alerta Temprana (2006-2010) del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), prevalecen 38 lugares en el país con mayor recurrencia de deslizamientos, estos debían ser monitoreados; sin embargo, no se conoce cuál ha sido la actualización al respecto.
Como resultado de este mismo proyecto se han registrado 17 mil deslizamientos en el territorio nacional y más del 70 por ciento por efecto de lluvias intensas o prolongadas, además de la incidencia de huracanes, especifican.
Volcanes también representan riesgos
En el estudio Caracterización sobre la situación de los escenarios pre desastres para la actualización del protocolo de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo, se incluyeron los deslaves y la conexión que tiene con la incidencia del comportamiento de los volcanes.
En ese sentido, los colosos San Cristóbal, El Chonco y Casita se consideran como los que mayor amenazas representan por deslaves. En el caso del volcán Telica y Rota muestran evidencias de deslaves en la falda norte de la estructura, mientras los volcanes Concepción y Maderas ya han protagonizado movimientos en sus laderas, detalla el estudio.