Después de casi seis horas de búsqueda, la niña de 13 meses que había sido sustraída de su hogar en la comunidad La Pavona, de El Cuá, fue encontrada en un maizal con golpes y varios rayones de alambres de púa en su rostro y pecho. Además fue violada.
Ese fue parte del testimonio que la abuela de la pequeña relató este jueves ante una juez de Jinotega.
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Bryan Omar García Duarte, de 20 años, el presunto violador de la niña, fue llevado este jueves a audiencia preliminar. Fue acusado de los delitos de exposición de personas al peligro y abandono, secuestro simple y violación agravada.
La noche del 2 de julio, en su casa ubicada en La Pavona, El Cuá, la señora dejó a su nieta en una hamaca. Se fue por minutos a buscar unos pañales en una casa ubicada a treinta metros.
Al regresar su nieta no estaba. Narró que de inmediato comenzaron la búsqueda unas 50 personas y tras varias horas la bebé fue encontrada en un maizal, la madrugada del 3 de julio.
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En su testimonio la señora asegura que la encontró desnuda, picada de zancudos, con tierra en su boca y sangrando de sus partes íntimas. Además tenía golpes en su tierno rostro.
“Tiene una gota de sangre en la frente izquierda, por el ojito, el otro golpe era en la parte derecha de su cabecita, un aruño en la frente, uno cerca del cuello”, dijo la abuela de la pequeña, quien este jueves compareció, junto con otros testigos ante la titular del Juzgado de Distrito Penal Especializado en Violencia de Género en Jinotega, Engracia Inés Flores.
Comentó que la niña sigue hospitalizada en el Victoria Motta de Jinotega.
“Quiero justicia sobre este hombre, me dijeron que quería correrse, pero cuando se miró rodeado de policías y el patrón quiso defenderlo, él admitió su culpabilidad”, comentó la abuela de la menor.
Dice no recordar nada
Cabizbajo y de brazos cruzados, García Duarte escuchó todos los testimonios de parte de los pobladores que afirmaron conocerlo y verlo siempre en El Cuá trabajando.
El acusado dijo a LA PRENSA que no recordaba nada de ese día, pues había decidido tomar licor.
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“Yo no recuerdo nada, normal salí del bar y me fui para allá, de ahí no sé qué pasó, porque andaba bien borracho, lo más fue un demonio que se poseyó de mí porque eso yo nunca lo había hecho, jamás, no sé cómo pasó, no sé por qué mi mente actuó de esa manera, nunca hubiera cometido eso”, dijo García, quien agregó que lo único que recuerda fue que lo agarraron mientras jugaba futbol.
La juez programó audiencia inicial el 18 de julio a las 8:30 a.m.
¿Por qué anticipada?
La juez Engracia Inés Flores dio lugar al anticipo jurisdiccional de pruebas en contra del procesado.
En el sistema judicial nicaragüense la prueba es evacuada durante la audiencia de juicio oral y público; sin embargo, la legislación autoriza algunas excepciones y la posibilidad de evacuarla antes, con el propósito de evitar la pérdida de información valiosa encaminada al esclarecimiento del caso.
De manera que, en el proceso contra el presunto violador, a petición de la Fiscalía, la juez Flores permitió el anticipo de las testimoniales de la abuelita y un tío de 12 años de la niña; así como de otras cuatro personas residentes en la comunidad donde ocurrieron los hechos.
“Son gente de escasos recursos, que vive largo (de Jinotega)”, señaló la juez Flores, indicando que el anticipo jurisdiccional de la prueba evitaría que estas personas tengan que viajar nuevamente a la cabecera departamental para rendir testimonio, lo que también evitaría retardos, suspensiones y reprogramaciones del proceso penal.
Con colaboración de Luis Eduardo Martínez