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Cartas al Director, farsas electorales

Cartas al Director

No es necesario ser visionario o ave de mal agüero para presagiar cuál es el medio definitivo por el cual el pueblo venezolano terminará sacudiéndose la oprobiosa dictadura de Nicolás Maduro y sus secuaces internos y externos.

La solución será la misma
No es necesario ser visionario o ave de mal agüero para presagiar cuál es el medio definitivo por el cual el pueblo venezolano terminará sacudiéndose la oprobiosa dictadura de Nicolás Maduro y sus secuaces internos y externos.

Pueblos que ya vivieron experiencias similares, con dictadores aferrados al poder por las ventajas que les representa y por el temor de rendir cuentas de sus fechorías a nuevas autoridades, saben que estos solo lo dejan de la misma manera con la que lo defienden: la fuerza.

Maduro no será la excepción y el pueblo venezolano lo ha entendido. Más de 120 días de protestas y 125 muertos, sin importar de qué lado caen, son el indicativo de que sus habitantes han comprendido que solo recuperarán su libertad matando o muriendo en la lucha.

Maduro y sus secuaces cometen el mismo error de quienes los han antecedido en diferentes países, pues el uso del ejército, policía y de todo el aparato represivo a sus servicios para atacar a la población, lejos de amedrentar y vaciar las calles, provoca que cada día las mismas alberguen más protestantes que se suman con más convicción y nuevas aportaciones a la lucha, incentivados por líderes que han demostrado patriotismo al unirse en un solo bloque de lucha y no temer a los castigos que por venganza les impone de manera individual el dictador.

Esta cúpula, que ha preferido repartir los recursos entre varios buitres externos de su misma ideología que usarlos para el bienestar de sus ciudadanos, bloquea el accionar de los organismos internacionales competentes que buscan una solución al conflicto, escudándose en la paranoia de un intento de intervención extranjera. No sabe la tiranía venezolana, o intenta aparentarlo, que cuando un pueblo se decide a emprender la lucha final no espera más apoyo que la promesa de ayuda para la reconstrucción de su economía y el reconocimiento del nuevo gobierno de parte de la comunidad internacional.
Los pueblos que han pasado por lo mismo saben que para derrocar a un tirano no hacen falta armas más sofisticadas que las del contrincante y que en manos del pueblo insurreccionado cualquier objeto se convierte en un poderoso fusil. Los aliados externos de Maduro con experiencia en estas lides, deberían advertirle que sobran los abastecedores voluntarios de armas para apoyar causas justas como estas y que su propio ejército puede convertirse en un colaborador de la causa.

Así pues, los acontecimientos actuales no son más que puros trámites para llegar al desenlace inevitable por la vía menos buscada por los seres pensantes, pero la más preferida por todos los tiranos porque les da el pretexto para huir con su fortuna: la vía armada.
Francisco Javier Gutiérrez Lagos.

 

Constituyente espuria
La Asamblea Nacional opositora a Nicolás Maduro fue electa en diciembre 2015 con un increíble respaldo de 14 millones de votos venezolanos.
Desde que los opositores ganaron la mayoría de la Asamblea Nacional,  Maduro hizo lo que el difunto Hugo Chávez hizo cuando perdió la Alcaldía de Caracas:  la despojaron de todas sus funciones y la sustituyeron  con otro órgano espurio creado para sustituir a la Alcaldía ganada por el opositor Antonio Ledezma.

Maduro también ha querido  hacer lo mismo con la Asamblea Nacional opositora a su diabólico proyecto de destruir el país más de lo que está. Al fracasar los intentos golpistas de Maduro se inventó la constituyente con el único propósito de hacer desaparecer la oposición, olvidando que los venezolanos están dispuestos a todo, pues la suerte está echada y  no tienen nada que perder, que existen líderes que han sabido estar al frente de las protestas callejeras y que no se dejaron amedrentar cuando Maduro sacó un decreto prohibiendo las protestas, nadie le hizo caso.

El fraude cometido ha sido condenado por más de 40 países y solo una minoría entre ellos Ortega  se alegra que Maduro extermine a su pueblo.
La retórica que usa Maduro seguro fue aprendida oyendo discursos de Ortega. No comprendo por qué si estos dictadores llegaron al poder por un sistema limpio, por qué lo destruyeron, es malo llamarlos dictaduras porque somos llamados enemigos.

Maduro habla como si Venezuela le pertenece y que los habitantes opositores están obligados a someterse. Habla de radicalizar no sé qué “revolución” y de echar preso a los opositores, quienes antes de llegar donde un juez chavista, ya Maduro dijo qué deben hacer con el opositor. Mira a sus compatriotas con odio visceral y les dice enemigos.

Un tirano condenado por el mundo se mantiene en el poder gracias a la misma oposición que no supo capitalizar las megamarchas en todo lo largo y ancho del país, bajo el argumento tonto de que Maduro tendrá que salir con elecciones libres, y ponen como ejemplo la salida de Ortega en el noventa. Sin embargo los venezolanos no saben que Ortega se aseguró de que no vuelvan a realizarse elecciones  limpias en Nicaragua, ya desmanteló a la oposición sacándola de la Asamblea Nacional, algo que ningún gobierno neoliberal hizo. Ortega ahora padece de amnesia porque no recuerda cuando montaba las asonadas que destruía la Alcaldía de Managua. Eso  lo ignora la oposición venezolana.

La presión internacional es lo único que tiene ahora la oposición venezolana, la narcodictadura no va a realizar elecciones para entregar el poder para que confirmen que las arcas del Estado están vacías porque toda la reserva fue sacada de Venezuela y Maduro acostumbrado a un mejor estilo de vida no se exiliará en Nicaragua ni en Cuba,  por mucho que se digan hermanos, no lo hará cuando (si le da tiempo) la oposición tome el poder ayudada por el ejército y los mismos colectivos chavistas.

La oposición venezolana perdió los momentos oportunos con las megamarchas al no nombrar la junta de gobierno transitoria porque a estas alturas los países que han condenado la Constituyente espuria de Maduro lo estuvieran reconociendo pero en cambio parece que el pueblo venezolano perdió confianza en los dirigentes.
Alejandro Calero Dávila.

 

Más respeto, menos accidentes
Manejar un carro se aprende. Manejar su vida también y uno de los principios básicos es el respeto.
Toda colectividad, empezando con la pareja y la familia, necesita reglas y para funcionar con armonía hay que respetarlas.
Si todos respetan la luz roja del semáforo, si nos detenemos y no solamente bajamos la velocidad al rótulo stop.

Si respetamos al otro cuando pone su cambiavía para doblar, o evitar un obstáculo, o…  si respetamos las prioridades y los límites de velocidad: es que ganar cinco minutos vale la pena que perder una o más vidas.

Si respetamos al peatón que no tiene muchas facilidades para cruzar las calles.
Si respetamos nuestro vehículo y aseguramos, por ejemplo, que las luces atrás funcionan bien, etc.

Estoy seguro que si cada vez que estamos detrás de nuestro timón pensamos a respetar los otros, las cosas pueden cambiar.
¿Dónde se aprende y se aplica esta noción de respeto? En la familia, la escuela y en la empresa.
Con el sentido común en la vida, la prevención y la educación valen más que la represión.
No se hace al otro lo que no quieres que te hagan.
Si cada uno de nosotros hacemos un pequeño esfuerzo en este sentido, estoy seguro que las cosas pueden cambiar con más convivencia y menos agresividad en las calles y carreteras de este bello país.
Bernard Pineda.

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