Mientras D.V.C., sobreviviente de violencia, ve cómo una juez de Chinandega le programa por cuarta vez la audiencia de juicio por violencia psicológica y violación, en otro Juzgado rápidamente avanza la causa que por desacato inició su expareja.
El trasfondo, según la denunciante, es que su expareja ha pretendido quitarle a su hijo de 3 años.
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Mientras el pasado 10 de agosto el juicio por violencia en la que D.V.C. acusa a su expareja; fue suspendido porque su defensa alegó que este sufre de “un cólico”.
El viernes 18 de agosto D.V.C. deberá enfrentar un juicio por desacato. En el mismo D.V.C. será acusada por la misma fiscal que presentó su caso por violación y como testigo su acusador lleva a la juez de Familia, que conoció todo el drama que ella vivió con su agresor.
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El abogado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Salvador Marenco, señala que contradictoriamente, pese a la gravedad del hecho denunciado como fue la violación, aún no ha sido resuelto y está por resolverse el juicio de desacato originado por el problema de fondo, que fue la violencia.
“¿Dónde están las obligaciones por parte del Estado en la protección integral hacia la mujer?”, pregunta Marenco.
Hay quejas en la CSJ
La víctima ha presentado quejas incluso ante inspectoría de la Corte Suprema de Justicia por la forma en que han llevado el juicio, pero no ha habido respuesta.
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La víctima, con ayuda de un abogado, logró ser atendida por la magistrada Juana Méndez, que atiende esa circunscripción.
Sin embargo, la víctima indica que Méndez únicamente le dijo que iba a verlo, pero hasta justificó las reprogramaciones que hizo la juez aduciendo que pudo ser por las inclinaciones suicidas del acusado.