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Orlando Solórzano, Ministro de Fomento, Industria y Comercio en Nicaragua. LA PRENSA/Uriel Molina

Orlando Solórzano, Ministro de Fomento, Industria y Comercio en Nicaragua. LA PRENSA/Uriel Molina

¿Qué significa que el titular del Mific, Orlando Solórzano, desconozca el costo de la canasta básica y cuánta culpa tiene Rosario Murillo?

"¿Cuánto es la canasta básica ahora? Exactamente no recuerdo el dato, 2,000 y algo, ¿2,400 será? ¿2,500 o 2,700 córdobas?", dijo Solórzano este lunes sobre el costo de la cesta familiar en Nicaragua. Analistas aseguran que el funcionario no es ignorante y explican su errática comparecencia

El titular del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio, Orlando Solórzano, sorprendió este lunes a los nicaragüenses con datos erráticos sobre el costo de la canasta básica en Nicaragua,  el cual situó entre 2,000 y  2,700 córdobas lejos de los 14,287.56 córdobas que, según datos del Banco Central, cerró el año pasado, tras fuertes alzas de precios como consecuencia de la reforma tributaria.

Solórzano, que no suele dar entrevista a medios independientes, este lunes apareció en Canal 10 para hablar sobre el abastecimiento y la especulación de precios en el país en el contexto de la pandemia del Covid-19.

El funcionario llevó una carpeta que recogía cifras sobre cómo ha evolucionado el comercio exterior de Nicaragua en el primer trimestre. El documento estaba listo para ser leído durante la entrevista, pero cuando se le consultó sobre el costo de la canasta básica, este titubeó y sacó del aire erráticas cifras, que en las redes sociales han provocado todo tipo de burlas, pero sobre todo duros cuestionamientos sobre la realidad paralela que este Gobierno maneja acerca de la carestía de vida de los nicaragüenses.

“¿Cuánto es la canasta básica ahora? Exactamente no recuerdo el dato, 2,000 y algo, ¿2,400 será? ¿2,500 o 2,700 córdobas?”, dijo Solórzano, quien fue rápidamente corregido por el periodista en que esta se ubicaba en más de 14,000 córdobas, según el BCN.

A eso Solórzano justificó: “El Banco tiene sus propias cuentas para hacer sus propios cálculos, para propósitos de Índice de Precios al Consumidor”. Además recordó que la cesta tiene varios subcomponentes: alimentos, productos del hogar y vestimenta.

Efectivamente la cesta de Nicaragua es de las más grandes de Centroamérica, pero aun solo el componente de alimentos- diseñada para cinco personas- hasta julio del año pasado se situaba en 9,472.32 córdobas, lejos de los más de 2,000 córdobas que habla el funcionario del Mific.

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Solórzano es de los funcionarios que más tiempo ha permanecido en su cargo desde que llegó la dictadura de Daniel Ortega al poder en el 2007 y siempre se ha caracterizado por mantener un perfil bajo dentro de la administración. Es de los que poco accede hablar en público sobre el trabajo que realiza desde la cartera ministerial, lo que le ha permitido retener el cargo por largo tiempo.

Este lunes Solórzano rompió su prolongada ausencia en la crisis sanitaria, convirtiéndose en un funcionario más en el desfile de empleados públicos orteguistas que desde hace tres semanas llegan al medio televisivo para dar entrevistas. Ahí, el titular del Mific denotó la falsa realidad económica que el régimen maneja sobre los nicaragüenses.

Ni un especulador sancionado

Lo que sí reveló Solórzano es que hasta ahora ningún negocio ha sido sancionado por especular, aunque reconoció que hay leyes para castigar este tipo de prácticas. Lo importante, resaltó, es que el mercado está abastecido.

Pero ¿qué significa que el ministro de Comercio no maneje el costo de la canasta básica en el segundo país más pobre de América Latina? ¿Es ignorancia de Solórzano? ¿Por qué Rosario Murillo tiene responsabilidad del actuar del ministro?

Orlando Solórzano no actuó con ignorancia, coincidieron dos economistas que recordaron que este funcionario ha ocupado cargos importantes no solo en este gobierno sino también en el sector privado y hasta en tiempos de la dictadura de Somoza, pero admitieron que lo ocurrido con este funcionario no es un caso aislado ni de extrañar porque muchos de estos no son puestos en sus cargos por su capacidad sino por su fidelidad al Gobierno.

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“No tienen la autonomía de un ministro, ellos son como peones, como obreros que obedecen lo que les dice el patrón, no pueden hablar ni siquiera por su cuenta, tienen que primero preguntar si pueden hablar, y segundo, qué es lo que van hablar. O sea no son ministros, sino simplemente obreros que obedecen el mandato del patrón, por eso vemos estos casos (como el de Solórzano)”, afirmó el economista Róger Arteaga, extitular de la Dirección General de Ingresos.

“Él es un hombre inteligente, que ha estado en puestos importantes hasta en el sector privado, Orlando conoce bien, porque sabe. Quizás en este momento,  (el costo de la canasta) no es su prioridad, ni le ha prestado atención”, explica.

“Lo de él no es que sea ignorante, lo que veo es desinformación. En el mejor de los casos, no llevaba la respuesta que la señora (Rosario Murillo) le hubiese dado a esa pregunta, entonces tuvo que decir cualquier disparate. Ese el problema cuando están sujeto a una guía, a recitar un discurso, entonces hacen eso”, afirmó un economista, que prefiere no ser citado.

“Él es un hombre capacitado, pero cínico”, agregó.

Realidad falsa

También la exposición errática del titular del Mific denota otra realidad: la comida de los nicaragüenses no es prioridad para el régimen de Ortega y por eso sus ministros y la Presidencia no están interesados en conocer cuál es el costo de la canasta.

“Eso significa que eso no es prioridad para el gobierno, ni el ministro sabe, eso quiere decir que el Gobierno no le está prestando la mínima atención al problema del salario mínimo y la canasta básica”, precisa Arteaga.

Al desconocer la realidad de la carestía de la vida de sus gobernados, eso conduce a una tercera situación: cualquier política pública que se adopte será errática, “que no responde a una realidad que está ocurriendo en el país, por eso es que las políticas que vemos no tienen ningún  sentido, ni ninguna lógica, por desconocimiento de una realidad o lo peor, que eso sí ya es criminal, que sabiendo la verdad, hagan las cosas erradas”.

El Gobierno está tan desprestigiado…

Para Arteaga, este Gobierno está “tan desprestigiado” que el actuar de Solórzano así como de los otros ministros no le interesa y duda que esto implique destitución del funcionario, como sí ocurriría en otra economía donde realmente funciona la institucionalidad y donde los gobiernos cuidan su prestigio.

Para el economista, este gobierno “oculta tanto la información que dicen cualquier disparate, si lo dijera el señor (Daniel Ortega), lo podés entender, pero que lo diga alguien con ese nivel de preparación, fue un funcionario del Banco Central en los tiempos de Somoza, es inconcebible. Es un hazmereír de la gente”.

Pero más allá de estos cuestionamientos, lo cierto es que ambos economistas coinciden en que son los nicaragüenses los que al final pagan el costo de tener ministros que viven dentro de una cápsula y que respondan a los intereses de una persona.

Solórzano, por ejemplo, como titular del Mific está llamado a diseñar políticas públicas para que el comercio y la industria sigan funcionando para proteger el empleo en tiempos de crisis, algo que no ha hecho. La ausencia de Solórzano en esta crisis es semejante a la prolongada desaparición de su jefe, Daniel Ortega.

“Él debe velar por el sector que le han encomendado y velar por su sector significa exigir en el gabinete económico, por ejemplo, incentivos para la zona franca para evitar el desempleo, asegurando salario, financiamiento”, precisó.

“Son unos ministros que están encerrados y te dicen: no nos han bajado instrucciones. Se han acostumbrado a no ver la realidad para no comprometerse ni atormentarse, o las cosas ocurren y ellos las ignoran  o las conocen y no le prestan atención”, sentenció Arteaga.

En Nicaragua todas las decisiones giran en torno a lo que oriente la todopoderosa Rosario Murillo, quien controla casi todo el Estado.

Lo bueno, afirma un economista que prefiere no ser citado, es que cualquier nicaragüense en este país sabe que lo dicho por Solórzano no es verdad, porque los hogares saben cuánto dinero requieren para cubrir sus necesidades básicas.

Para el economista, sería interesante conocer la posición de los sindicatos sandinistas, que suelen quejarse por el costo de la canasta básica.

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