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Sistema de reparto fracasó por el impago

  • El impago de las cotizaciones es una de las razones por las cuales los sistemas de Seguridad Social son obligatorios: está demostrado que los trabajadores no
    ahorrarían voluntariamente lo suficiente para financiar su jubilación.

MARTIN AGUADO ARGÜELLO

El sistema de Reparto, o régimen solidario de distribución de los fondos no funcionó, en parte, por el impago de las cotizaciones no logró ser efectivo, por la falta de mecanismos de control y seguimiento. Los empleadores y/o los trabajadores se resistieron a pagar, y, muchas veces, a practicar la evasión por no declaración o subdeclaración. En algunas empresas existía el puesto de trabajo, pero el trabajador no se encontraba inscrito en el INSS. Se daba también el caso de personas que pagaban al INSS una determinada cotización, menor, en proporción al sueldo real que devengaban. Todo eso, y otras irregularidades más, afectaron sensiblemente al Sistema de Reparto. La experiencia de los países que lo sustituyeron por el Sistema de Capitalización Individual, demuestra lo contrario; es decir, hay mayor efectividad en los pagos de las cotizaciones.

El impago de las cotizaciones es un problema de primer orden, en lo que atañe a la concepción y al funcionamiento de los programas contributivos de pensiones de la Seguridad Social. Es determinante, para los compromisos de pagos; influye en la idoneidad de los pagos a los afiliados, así como en la situación financiera y en la legitimidad política de todo el sistema. El impago se produce, cuando los empleadores, los trabajadores en planilla y los trabajadores por cuenta propia, no pagan las cotizaciones estipuladas de la Seguridad Social.

Esta evasión o impago de las cotizaciones, menoscabó seriamente la Seguridad Social, al no estar los ingresos a la altura de lo que se necesita para poder cumplir con las prestaciones, con las pensiones, y con las jubilaciones en curso de pago. Las pensiones son bajas y raquíticas, precisamente por la crisis financiera y actuarial que presenta el sistema, por el impago, por la mala administración y por otras causas que hemos enumerado en forma reiterada por todos los medios.

El impago de las cotizaciones es una de las razones por las cuales los sistemas de Seguridad Social son obligatorios: está demostrado que algunos trabajadores no ahorrarían voluntariamente lo suficiente para financiar su propia jubilación. Por ese grado de responsabilidad personal y disciplina, es que la Seguridad Social es obligatoria, de otra manera, el trabajador correría el riesgo de quedarse sin pensión al momento del retiro.

El impago de las cotizaciones se complica, porque los empleadores suelen actuar como recaudadores. ¿Son eficientes recaudadores los empleadores? ¿Tienen interés los trabajadores en pagar sus cotizaciones? Si algunos empleadores no muestran interés en la recaudación, mucho menos tendrá el trabajador con el pago de su cotización. Con el nuevo modelo de pensiones se espera un cambio de actitud, al notar el trabajador la relación entre aportes y los beneficios recibidos. Con el nuevo sistema se garantiza una relación más justa entre aportes y beneficios. El vínculo débil entre las cotizaciones pagadas y las prestaciones percibidas, fomentan el impago de las cotizaciones. Desde luego, no es este el único factor, ni el más importante.

El impago de las cotizaciones se da cuando concurren las siguientes condiciones:

1) Los empleadores quieren evitar el pago, o dan menos importancia a las cotizaciones de la Seguridad Social que a otros gastos.

2) Los trabajadores prefieren no pagar las cotizaciones, o se muestran reacios a comunicar a las autoridades los casos de impago, o bien no les consta que lo haya habido.

3) Los poderes públicos no sancionan el impago y no están en condiciones de impedirlo, a pesar de que los que evaden las cotizaciones cometen un delito penado por las leyes del país. Para reducir el impago, en este caso, se requiere de la implementación de mecanismos de control, lo mismo que de un seguimiento permanente de la vida laboral de los asegurados y de las empresas que deberían aportar a la Seguridad Social.

El impago de las cotizaciones produce una disfunción financiera, a veces difícil de corregir o superar con los recursos disponibles. Una de las causas de la crisis en el régimen de pensiones fue la morosidad. El impago, o no pago es un problema cultural, bastante generalizado en nuestro país. A pesar de todos los obstáculos, el INSS ha logrado reducir el impago a la Seguridad Social, gracias a sus mecanismos de control, a la informatización y a la buena voluntad de los funcionarios y trabajadores de la institución. Basta un ejemplo, en el área de facturación y cobranza, a nivel nacional, se logró obtener durante 1999, una recuperación de la factura por cotizaciones obrero/patronal de C$901.5 (millones), lo que significa el 76.32 por ciento del monto total facturado en el período. Lo mismo, se ha logrado reducir la mora de 968.3 (millones) al inicio del primer semestre del 98 a C$779.4 (millones) al final del segundo semestre de 1999, es decir, el 19.51 por ciento en concreto, el INSS está dispuesto a salvar la Seguridad Social de nuestro país, independiente de los costos políticos que representa esta tarea.

El autor es presidente ejecutivo del INSS.

Editorial
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