KARLA MARENCO L.
El plan para la prevención y erradicación del trabajo infantil “tendrá éxito en la medida que lo descentralicemos hacia las localidades, para que no quede en una simple propuesta”, sostuvo la consultora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), licenciada Mariana Aburto.
Los avances para el diseño del plan a cargo de la Comisión Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, fueron dados a conocer ayer por el Ministro del Trabajo, Mario Montenegro y la Primera Dama, María Fernanda Flores, presidenta honoraria de la comisión.
Hasta ahora se han realizado nueve talleres de consulta en 75 municipios de siete departamentos, donde han participado unos 99 organismos gubernamentales y no gubernamentales, de la sociedad civil, empresarios y sindicatos, así como 226 niños, niñas y adolescentes trabajadores.
En los talleres, los participantes han definido el trabajo infantil como un grave problema que limita el desarrollo del país, profundiza el ciclo de la pobreza, destruye a la familia y causa maltrato, abandono, abuso sexual y explotación laboral a los menores.
Aburto explicó que una vez concluido el proceso de consultas en junio próximo, darán a conocer las estrategias finales, pero adelantó que existe el riesgo que el plan no se cumpla si se aplica a nivel macro y no se lleva a las localidades donde los propios afectados propongan las salidas a los problemas y contribuyan a disminuirlo.
“Este es un proceso que requiere del esfuerzo de muchas personas. En la medida que las instancias gubernamentales no asuman el plan con seriedad y con conciencia, existe el riesgo que se quede en una simple propuesta”, indicó.
Aburto asegura que aunque la descentralización de los municipios es otro gran ovillo que se debe desenredar para que funcionen los planes para disminuir la pobreza, hay organismos que están dando plata para capacitar a grupos específicos en el tema de la erradicación del trabajo infantil.
“Los organismos están presionando al gobierno para que no permitan que los menores de 14 años trabajen y por eso hay pleitos en el campo”, sostuvo.
En 1996 se estimaba que el 13.8% de la Población Económicamente Activa (PEA), eran niñas, niños y adolescentes, pero en la actualidad esta cifra podría ser el doble, si se toma en cuenta el subregistro del trabajo infantil, de acuerdo a un informe de Save The Children-Canadá.
El Ministro del Trabajo, Mario Montenegro, expresó que es difícil obtener cálculos precisos sobre este problema, porque la mayoría de los niños trabajan en el sector informal.
Lo más preocupante es que cada vez los menores se incorporan al trabajo a más temprana edad, por el deterioro económico de la familia y porque son considerados como fuente generadora de ingresos.
Para la Comisión, el trabajo infantil no puede eliminarse “por arte de magia”, sino que se necesita presionar a las instancias del gobierno a que reelaboren la política económica y social de modo que se garantice empleo y estabilidad laboral a los padres de familia.
También deben enfocarse los esfuerzos en ampliar el ingreso, la retención y la promoción escolar en primaria y secundaria, para evitar el aumento del analfabetismo en el campo.
Programas de ayuda
* En Nicaragua se ejecutan siete programas de acción por medio del programa IPEC/OIT para unos 2,500 niños y niñas trabajadores entre 7 y 14 años, y 1,700 en edad preescolar.
* 750 familias han sido beneficiadas con estos programas fortaleciendo su economía familiar y han hecho que más del 60% de los niños y niñas reduzcan su jornada laboral o dejen de trabajar.
* La Comisión de Erradicación del Trabajo Infantil aprobó otros cuatro programas de acción para atender a 4,100 menores que realizan trabajos agrícolas, ganaderos y en el basurero de “La Chureca”