La agricultura en armonía con la naturaleza puede ser muy rentable, pudiendo lograr mediante la producción de alimentos no sólo objetivos económicos, sino materia prima para la humanidad. Sobre la comunidad agrícola, podemos y estamos en la obligación de crear una base sólida cuyo objetivo sería practicar una agricultura sostenible que nos permita reproducir y conservar el mundo natural en que vivimos, desarrollando un equilibrio armónico entre el hombre y su hábitat al utilizar adecuadamente los recursos de la tierra, la luz del sol y el agua.
Existe una preocupación global; cada vez es mayor el número de personas que hay que alimentar en el mundo, el agua y el suelo producen cada vez menos, ahora tenemos que pensar en la necesidad de conseguir métodos cada vez mejores que no sobrecarguen el medio ambiente evitando así daños ecológicos irreparables. Si la explotación de los recursos naturales no se hace con prácticas que garanticen la reproducción y la sostenibilidad, nos encaminamos hacia un desastre ecológico y económico de modo que habría que cambiar la forma de actuar en cuanto a su utilización e influir en la toma de conciencia de este problema apelando a la responsabilidad.
Las principales causas de esta debacle son el mal manejo y una excesiva explotación del suelo, la erosión, despales e incendios indiscriminados, el crecimiento forzado de la mancha urbana hacia las zonas boscosas, políticas gubernamentales equivocadas. En el amanecer de una nueva era las futuras contiendas por el poder no podrán obviar el principio de que el manejo del agua y suelo es más importante que cualquier cruzada política. Creo que la mezquindad política no debería mezclarse con la Ecocultura, porque no es por el color, ideología o condición social que el hombre debe alcanzar y disfrutar plenamente sus derechos a la subsistencia e igualdad de oportunidades sino porque nacemos con ese derecho y los gobiernos están en la obligación de respetar y desarrollarlo.
La semana del medio ambiente no debería ser como una simple conjugación de palabras, charlas, presentaciones, discursos, entrevistas, promesas, compromisos secundarios, que al final quedan en no más que un simple papel para abultar el escritorio de aquellos que están directamente involucrados con el desarrollo sostenible del medio ambiente. No sólo hay que discursar sobre ello, sino ayudar a crear las condiciones para que respetemos y cuidemos nuestro hábitat. No sólo por un día o una semana debemos preocuparnos por el deterioro de nuestro medio ambiente.
ING. JUAN RAMON ZAVALA PONCE
Ocotal, Nueva Segovia. Tel.: 07322332