TITO [email protected]
Es verdad que hay consideraciones económicas que uno no comprende, pero eso que están haciendo los Cachorros de Chicago con Sammy Sosa es increíble.
Todo empezó desde antes de la temporada, cuando el manager Don Baylor criticó a Sosa. Francamente que hay cosas raras. Ningún manager en Don Bosco criticaría a Sosa después de cómo ha jugado, y eso olvidándose de los 66 jonromes. ¿Por qué lo haría uno de Grandes Ligas? Por eso es que las malas lenguas hablan, ya están diciendo que los ejecutivos de los Cachorros tratan a Baylor como pelele, que como no le quieren pagar a Sosa ya lo están haciendo engañar al público haciéndole creer que Sammy no sirve para después salir de él.
Sosa está tan contento en Chicago que está dispuesto a firmar por menos dinero que lo que le ofrecerían los Yanquis o los Mets. Aunque quizás ya no.
Está bien que la ACB imite a la NBA y use cuatro períodos y seis fouls, pero está mal que la imite tanto que jueguen sus finales los mismos días y a las mismas horas.
Aparentemente la lucha en el Oeste de la Liga Americana es entre los cuatro equipos, pero en realidad Seattle y Oakland son los mejores.
El sábado fue el homenaje en Cincinnati a la Gran Máquina Roja de los setentas y el corazón luchó ya contra la controversia. Barry Larkin, al salir a su posición de short, al pasar por la tercera base depositó una rosa (rose, en inglés) sobre la almohadilla. Una manera muy fina de recordar al proscrito Pete Rose en la conmemoración.
Mitch Meluskey, receptor joven de los Astros de Houston, demostró que domina tanto la pegada en corto como a distancia. Por una discusión tonta en la caja de bateo, donde Meluskey se distrajo y perdió su turno, se le metió a Matt Mieske y cuando éste lo empujó le voló una trompada; y en el Enron Field le dio al techo a 175 pies de altura con un foul elevadísimo (que atrapó al aire en territorio fair Kip Wells, de los Medias Blancas, pero el juez no era de Masaya y foul se quedó el batazo). Ni Mieske ni el techo sufrieron el menor daño, de lo que deducimos que una cosa es poder pegar tanto en corto como a distancia, y otra muy diferente es tener punch.
Dicen que a “Igor” González no le importa ser o no ser el mejor pagado; que va a reponer en Cleveland a Manny Ramírez por estar con sus “bróderes” los Alomar, o se ve a Boston donde sus otras amistades, Pedro y Ramón Martínez. Ramoncito, que en alguna ocasión “jaló” con una nica, le presentó a Igor al preparador físico Nao Presinol.