- Iglesia preocupada
- Antonio Sánchez Díaz de Rivera, dirigente de la independiente Coordinadora Ciudadana, subrayó que “comenzamos a detectar anomalías; lo que nos preocupa es que las elecciones vayan a ser elecciones de Estado, y no elecciones democráticas”
Antonio Ortega (AFP)
MEXICO.— A medida que se acerca la fecha de los comicios presidenciales en México crece la inquietud ante la posibilidad de que se conviertan en “elecciones de Estado” y favorezcan al partido que ha gobernado desde hace 71 años, mediante la coacción y compra del voto, según opiniones de representantes de la Iglesia, organizaciones civiles y partidos políticos.
Tras una reunión de organizaciones civiles y miembros de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, el obispo de la norteña diócesis de Saltillo, Raúl Verá, advirtió que en la Iglesia Católica “sentimos una grande preocupación” porque en el proceso electoral se dan “signos de retroceso”.
Al concluir el “Diálogo sobre las Elecciones del 2000”, precisó que “los signos de retroceso desafortunadamente los vemos” y “creemos que no se puede tener un país maduro, articulado, cuando se coacciona, se compra el voto, esto no es una cosa que debamos pasar por alto”.
Las denuncias de manipulación del voto, mediante programas sociales del gobierno o amenazas, aumentaron en las últimas semanas, a pesar de que casi todos los actores políticos reconocen que el Instituto Federal Electoral (IFE) realizará un trabajo que garantizará la limpieza electoral y recuento de votos el 2 de julio, día de las presidenciales.
Antonio Sánchez Díaz de Rivera, dirigente de la independiente Coordinadora Ciudadana, subrayó que “comenzamos a detectar anomalías; lo que nos preocupa es que las elecciones vayan a ser elecciones de Estado, y no elecciones democráticas”.
Refrendó su confianza en el IFE, pero dijo que “el problema principal ni siquiera es el día de la elección, sino en el proceso anterior, porque vemos que se están manipulando los programas sociales (del gobierno)”, y esto es “es jugar con fuego en este momento, las elecciones están muy competidas, y si siempre quisimos elecciones limpias y luchamos por ello, ahora con más razón, porque el riesgo que puede haber, es el riesgo de ingobernabilidad, que nadie quiere”.
El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Labastida, dijo recientemente que no quiere ningún voto ilegal y que sus seguidores trabajarán arduamente para sacar un amplio margen sobre sus adversarios, pues —advirtió— de lo contrario habrá disturbios sociales.