- En manos de civiles y empresas de vigilancia hay 55,878
armas de fuego - En Nicaragua no funciona el contrato social para la
seguridad entre el Estado y los ciudadanos, según Viviana Arroyo, de la Fundación Arias
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Inevitable. Reconocer que la tenencia de armas y la inseguridad ciudadana son claras consecuencias de la cultura de violencia que aún impera en el país, fueron algunos de los propósitos del “Foro Nacional Sobre Tenencia de Armas y Violencia Social”, que organizó el Centro de Estudios Estratégicos de Nicaragua (CEEN).
René Herrera, Ministro de Gobernación, durante su intervención reconoció que la seguridad ciudadana es uno de los flancos más débiles del país, ya que todavía no se erradica la cultura de violencia que se ha heredado de las guerras.
Pese a los esfuerzos de desarme que se impulsan desde los noventa, aún hay un sector de la población con armas. Desde que la guerra concluyó, “hay armas en cantidades alarmantes” en manos de civiles, sobre todo en aquellas zonas donde operan grupos irregulares como el triángulo minero (Siuna, Rosita y Bonanza), en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN).
Carlos Hurtado, director del CEEN, ubica también la concentración de armas en la región norte, central y atlántica del país. Para Hurtado, la razón de la tenencia de las armas responde a que “no ha habido una política de Estado coherente para tratar de enfrentar la problemática y tratar de integrar a esa región del país que es la columna vertebral de Nicaragua”.
“Además que hay un contingente poblacional importante, allí es donde se sustenta la economía y la producción en su forma más elemental, basada en el núcleo familiar”.
El director del CEEN dijo que la inseguridad ciudadana que generan las armas y la desatención del Estado, expone a la población a problemas sociales como la migración del campo a la ciudad.
En Siuna, por la acción de los grupos armados se han desplazado unas 1,000 personas.
55,878 ARMAS LEGALES
Un informe de la Fundación Arias señala que la Policía Nacional registra 44,089 permisos de portación correspondientes a 52,390 armas de diferentes tipos. Las empresas de vigilancia cuentan con una cuota de 3,488 armas para prestar servicios.
“La tenencia de armas sigue representando un riesgo de primera magnitud para la seguridad de los ciudadanos en Nicaragua, tal como lo demuestran las estadísticas sobre delitos con participación de armas”, concluye el diagnóstico.
Según la Policía Nacional, un 40% de los delitos se cometen con armas de fuego. El resto con armas cortas. Matagalpa, Managua, Jinotega, Nueva Segovia y las regiones autónomas del Atlántico, registran la mayoría de esos delitos.
Por su parte, Viviana Arroyo, de la Fundación Arias, valoró que la tenencia de armas prueba la debilidad del contrato social que hay entre el Estado y la sociedad civil, porque no se garantiza la seguridad ciudadana.
Para resolver la problemática del desarme, Hurtado calificó de vital y urgente la presencia del Estado, y opina que más que una ofensiva militar, debe promoverse en las zonas propensas al conflicto, una ofensiva que incluya componentes de salud, educación y producción.