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Obreras de la Zona Franca aprenden a cuidar su salud

GABRIELA ROA ROMEROEspecial para LA [email protected] Un total de 18 trabajadoras de la Zona Franca participaron en los talleres “Salud en tus manos”, que se realizó en el Instituto de Ciencias Sociales, y forma parte del programa Género, Salud Laboral y Medicina Natural, del proyecto de la Organización Internacional del Trabajo: Mejoramiento de las Condiciones […]

GABRIELA ROA ROMEROEspecial para LA [email protected]

Un total de 18 trabajadoras de la Zona Franca participaron en los talleres “Salud en tus manos”, que se realizó en el Instituto de Ciencias Sociales, y forma parte del programa Género, Salud Laboral y Medicina Natural, del proyecto de la Organización Internacional del Trabajo: Mejoramiento de las Condiciones Laborales y de Vida, de las Mujeres Trabajadoras de la Maquila.

“Estas personas son de diferentes fábricas, y se van a formar brigadistas”, contó Amanda Lorío, responsable del programa.

El propósito es que la persona aprenda a conocer su cuerpo, “que haga un diagnóstico del por qué de los problemas, y no sólo a tomarse una pastilla para aliviar el dolor de cabeza en vez de pensar por qué será este dolor”.

“Los problemas de salud de las personas que trabajan en la Zona Franca pueden ir desde dolores de cabeza, dolores de espalda, úlceras, diabetes, colitis, problemas de músculos, entre otros”, explicó.

En el trabajo, las trabajadoras están expuestas, según Lorío, al ruido, a los cambios fuertes de temperatura, a la pelusa que provoca enfermedades bronco respiratorias, “pero hay resistencia de las trabajadoras a ponerse las mascarillas”, aclaró.

Lorío dijo que laborar de pie provoca várices, además las trabajadoras se sientan mal, lo que produce dolores en la espalda, la vista se cansa por estar fija en un solo objetivo y el nervio de la mano se tiende a perturbar por hacer maniobras repetitivas.

Recomendó no beber licor, no fumar, y no comer comidas grasosas, prefiriendo frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales y animales como el pescado, pollo y chompipe.

“Optar por camas duras, que son las más sanas para la espalda, evitar los tacones altos; zapatos y ropas apretadas porque la circulación se estanca; sentarse bien, caminar recto, hacer todos los días ejercicios de rotación de las articulaciones y de estiramiento, hacer ejercicios rotatorios con los ojos, entre otros”, recomendó Lorío.   

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