JUAN CARLOS [email protected]
Las contradicciones entre las necesidades de los empresarios nicaragüenses y las respuestas del Gobierno para resolverlas quedaron plasmadas en un estudio realizado por los investigadores Forrest Colburn y Fernando Sánchez Campos.
Los investigadores forman parte de la cátedra del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), Forrest Colburn como profesor visitante y Fernando Sánchez como investigador.
Este estudio está plasmado en el libro “Empresarios Centroamericanos y Apertura Económica”, publicado recientemente.
Además está basado en una serie de 81 entrevistas realizadas por los autores a políticos y empresarios de los cinco países del istmo centroamericano, durante los meses de junio, julio y agosto de 1999.
Los empresarios nicaragüenses se quejan de un abandono estatal, de la renuencia del Gobierno para plantearles planes de desarrollo y reconversión productiva para sectores muy deprimidos como es el caso del agro, según el estudio.
En un aspecto en que coinciden políticos y empresarios nicaragüenses es que en Nicaragua, el Gobierno de turno esta implementando una política comercial para la que la gran mayoría de las empresas locales no están preparadas.
También se dice que hay preocupación y enojo por parte de los empresarios nicaragüenses, quienes consideran que no han sido tomados en cuenta por el Gobierno a la hora de plantear políticas económicas y comerciales.
NUEVO MODELO DE DESARROLLO
Entre los elementos más importantes que encontraron los investigadores en los cinco países del istmo, es un nuevo modelo de desarrollo, “la apertura”, como fue llamado por los empresarios entrevistados.
“La apertura”, es el proceso de apertura comercial, el cual para algunos empresarios supone nuevas e interesantes oportunidades; pero para muchos otros se ha convertido en la mayor amenaza, pues trae consigo una competencia salvaje, lo que ha llevado a los empresarios a implementar distintas estrategias para hacer más competitivas a sus empresas.
Las bajas en los aranceles y los esfuerzos por reducir otras barreras no arancelarias al comercio internacional han forzado a los empresarios del istmo a competir con productores de todo el mundo.