CESAR CARDENAS – [email protected]
BLUEFIELDS.– La Iglesia Católica San Martín, ubicada en el barrio Beholden fue objeto de un robo por ladrones que escalaron un muro y se introdujeron por una parte del techo, denunció el representante del párroco Sr. Otilio Estrada Centeno, de 54 años.
Los delincuentes se llevaron una pana plástica, un galón de pintura, varios manteles y otros artículos valorados en 1,320 córdobas. La Iglesia queda en uno de los barrios más reconocidos de esta ciudad en cuanto al comercio de crack.
En otro caso, el Sr. Inés Gutiérrez Balladares, de oficio taxista, fue asaltado por tres sujetos los que a eso de las once de la noche le hicieron parada por el sector del restaurante “Arco Iris” y le pidieron que los llevara a la rotonda de San Mateo. Una vez en ese lugar encañonaron al taxista y lo sujetaron del cuello, quitándole los únicos ciento cincuenta córdobas que había ganado. Supuestamente la poca cuantía del botín molestó al sujeto armado que hizo dos disparos al vehículo, uno impactó en un vidrio y el otro en la parte frontal. La Policía, al recibir la denuncia, montó un operativo en el barrio San Mateo pero no pudo capturar a los asaltantes.
ROBOS EN SANTA ROSA
La Sra. Rosa Angélica Reynell de Wilson, de 24 años, denunció el robo de que fue víctima en su casa. Dijo que salió a las seis de la tarde y al regresar a las nueve de la noche encontró la puerta forzada y la ausencia de un TV a colores de 29 pulgadas, marca Sanyo, un VHS, un rebobinador, un amplificador, un toca casetes y su casetera, un cartapacio con fotos, cinco pares de zapatos, dos CD y 500 dólares.
En ese mismo barrio y también este fin de semana, Róger Alberto García Jarquín, de 36 años, denunció ante las autoridades que mientras transitaba a eso de la una y media de la madrugada en una parte oscura le salieron tres delincuentes que lo intimidaron y le quitaron dos hermosas cadenas de oro.
UN CULPABLE Y UN INOCENTE
Un tribunal de conciencia conoció el lunes la causa que se instruyó en el Juzgado del Crimen y en la cual se acusaba a Alberto Martín McFields y Filmore Nash Price, del delito de robo con intimidación en perjuicio del joven pescador artesanal Gabriel Palma al que, según el expediente, le robaron dos cadenas en diciembre de 1998.
A McField lo defendió el estudiante de leyes Yamil Acevedo y a Nash Price el Lic. José Navas. El jurado de conciencia, después de escuchar los alegatos, emitió un veredicto dividido: encontró culpable a Filmore Nash e inocente a Alberto Martín McFields.