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CARACAS.- Hugo Chávez, un popular caudillo de fogosa retórica, controvertido y de indiscutible carisma, cumplió este viernes 46 años de edad con la certeza de estar llamado a concretar en Venezuela su pregonada revolución “pacífica y bolivariana”.
El ex teniente coronel golpista, hijo de educadores y oriundo de la occidental Sabaneta, es presidente de este país petrolero desde febrero de 1999 y en caso de lograr su relegitimación el domingo estaría en condiciones de gobernar hasta el año 2012.
El mandatario está casado y tiene 4 hijos. Es licenciado en ciencias militares y cursó una maestría en ciencias políticas en la Universidad Simón Bolívar. Irrumpió en el escenario nacional en 1992 al protagonizar un intento de golpe de Estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Tras pasar dos años en la cárcel, Chávez y otros militares golpistas -entre quienes se encontraba el actual candidato opositor a la presidencia Francisco Arias Cárdenas- fueron liberados mediante una amnistía y se dedicaron a organizar un movimiento político.
El carismático ex militar capitalizó el hastío de los venezolanos por la clase política tradicional, a la que se acusa de corrupta y de dilapidar los enormes recursos petroleros del país, y se proyectó como una esperanzadora opción de gobierno.
Criticado con dureza por las élites económica e intelectual, las cuales reaccionaron con temor ante sus propuestas populistas, sus desplantes de autoritarismo y su admiración por líderes como Fidel Castro, Chávez es en cambio admirado por los pobres del país.
Es en esos sectores marginados donde el presidente tiene su capital político y electoral más fuerte: de allí han salido y saldrán la mayoría de sus votos, de acuerdo con encuestas.
En 1998, una coalición de partidos izquierdistas encabezada por el Movimiento Quinta República, lo postuló a la Presidencia y en diciembre de ese año fue electo con 56.2 por ciento de los votos, el 80 por ciento de los cuales provino de los sectores populares.
Sus críticos -que suman varios miles- advierten que Chávez está concentrando demasiado poder y que más que democracia, lo que se abre paso en el país es un régimen autoritario basado en el voluntarismo del controvertido caudillo populista.
Según la Constitución venezolana, el candidato que obtenga la Presidencia el próximo domingo gobernará Venezuela hasta el año 2006, y podrá reelegirse para un nuevo período de seis años que culminaría en el 2012, lo cual es la gran apuesta del ex militar golpista.
Chávez, habituado a la confrontación y a los debates enconados con quien se le ponga enfrente, se desenvuelve como pez en el agua en las campañas electorales. Nadie pone en duda que, como candidato, se crece y es muy eficaz. En él, hay perfecta comunión entre el político y sus seguidores.
La fórmula de elecciones y referendos le ha permitido reafirmar su liderazgo popular mediante movilizaciones por todo el país y concentraciones masivas en las que pronuncia encendidos discursos plagados de citas bíblicas, patrióticas, revolucionarias.