Estimada psicóloga: Mi problema es el siguiente. Tengo casi once años de casada y dos hijos, todo este tiempo mi marido ha sido celoso pero tenemos cuatro años que llevamos una relación tormentosa debido a que su problema de celos se ha agudizado, hasta llegar al extremo de acusarme de infidelidad.
Resulta que cada vez que me acusa, le contesto mal y hemos llegado hasta agredirnos y este problema llegó a su límite cuando intervino mi familia porque no permitieron que me acusara más.
El se marchó para otra parte a trabajar pero prometió volver y cambiar. Lo que yo deseo es que me aconseje si debo volver con él. Lo quiero y sé que él también me quiere y sobre todo quiere a sus hijos, pero de lo que tengo miedo es que continúe con esos celos.
Respuesta:
Las características fundamentales que justifican y sostienen una relación de pareja, son el respeto y la confianza mutua. Otros elementos como el amor, la comunicación o el sexo los complementan y consolidan, pero ninguno de ellos podría darse sin la base de las anteriores, pues con la ausencia de éstas la relación se convierte en una amenaza a la integridad física, emocional y psicológica de cualquier persona.
La inseguridad y la falta de confianza en sí mismo(a) se refleja a través de lo que comúnmente conocemos como celos; éstos dañan y deterioran la relación ya que son un problema progresivo, pero como en esta carta no le daremos respuesta al problema de él, sino al tuyo, vamos a hablar de lo que como ser humano, como mujer y persona te compete hacer.
¿Por qué has dejado pasar tantos años, ofensas, humillaciones y maltrato? ¿Qué es lo que recibías a cambio para soportarlo?
Te invito a que revises si los motivos que te unieron a ese hombre hace 11 años son los mismos de ahora. Establece la diferencia entre amarlo, necesitarlo, temerle o estar sometida a la costumbre o al prejuicio que es mejor seguir sufriendo que quedarse sola.
¿Qué ganás y que perdés estando a su lado, qué es lo que te da y cuánto te quita? ¿Por qué permitís que maltrate tu dignidad, tu condición de persona, tu papel de mujer?
Cada quien debe reclamar para sí mismo(a) el trato que cree merecerse y no esperar que el otro(a) adivine sus expectativas y necesidades. Cada quien es responsable únicamente de lo que uno hace, pero no de lo que el otro(a) hace.
¿Cuánto tiempo más vas a esperar para que él cambie o pretendes que el amor que vos sentís por él lo haga cambiar?
Este tiempo debe servirte para reflexionar acerca de lo que querés para tu vida; si un compañero con quien contar y en quien apoyarte o un verdugo con él, que siempre sintás miedo y no podás ser auténtica.
Te invito a tomar las riendas de tu vida, a crecer, a tomar decisiones, a ser adulta. Cualquier decisión que tomés ya sea continuar con él o iniciar una vida sola con tus hijos; recordá que no estás inválida ni sos débil para usar de pretexto y no saber defender tus mínimos derechos e impedir el irrespeto a tu integridad y dignidad.
Jamás permitas (de ninguna persona) que manoseen tu vida y tu honestidad. Ser mujer no debe nunca, significar para vos esperar que otros(as) te impongan sus criterios y te fijen sus valores y menos aún cuando éstos lesionan tu condición de personas.
Haz de tu vida un proyecto, llénala de cosas, experiencias y personas positivas date la oportunidad de trabajar, estudia, sé independiente, autónoma, libre. Sólo así vas a sentirte dueña y capaz de dirigir tu vida. Quiérete y respétate mucho porque vos lo merecés.
Lic. Karla Olivares Pérez
Psicóloga Integral