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El paradigma del desarrollo rural sostenible

Eduardo J. Marín Castillo No se puede concebir un desarrollo sostenible del sector rural, sin considerar la reducción de la pobreza y la rehabilitación de los recursos naturales. La pobreza pone en peligro los recursos y a mayor degradación aumenta la pobreza. La solución de estos dos problemas que están íntimamente vinculados, implica promover procesos […]

Eduardo J. Marín Castillo

No se puede concebir un desarrollo sostenible del sector rural, sin considerar la reducción de la pobreza y la rehabilitación de los recursos naturales. La pobreza pone en peligro los recursos y a mayor degradación aumenta la pobreza. La solución de estos dos problemas que están íntimamente vinculados, implica promover procesos de cambios sociales, productivos y ambientales, para lograr una armonía entre el ambiente y la sociedad.

Nicaragua es un país que por su configuración geográfica está expuesto y ha sufrido en forma recurrente un conjunto de amenazas que en algunos casos han sido desastrosas y que ponen en riesgo a la población, cultivos, semovientes, infraestructura y los recursos naturales, estas amenazas son: sísmicas y volcánicas con mayor peligrosidad en la Costa Pacífica, e hidrometeorológicas, con mayor peligrosidad en la Costa Atlántica por los huracanes, aunque muchas veces estos riesgos meteorológicos se han generalizado en todo el país.

Por otra parte Nicaragua, no se ha escapado de eventos climáticos mundiales como: las sequías causadas por el fenómeno del Niño (ENOS) y de fuertes inundaciones ocasionadas por los efectos del fenómeno de “La Niña”. Todavía está latente los efectos devastadores del huracán Mitch que dejó un saldo funesto de más de 3,000 muertes y pérdidas materiales estimadas en 1,500 millones de dólares, sin incluir el valor incalculable de la pérdida de los recursos naturales y de la biodiversidad.

¿QUE ESTA PASANDO?

Además de estar expuestos en forma recurrente a las amenazas mencionadas anteriormente, existe otro factor que aumenta significativa y progresivamente la vulnerabilidad ecológica y social, y es que el territorio nacional no está siendo utilizado adecuadamente.

Las ciudades no crecen en función de planes de desarrollo urbano, ejemplo: la ciudad de Managua crece desordenadamente hacia las alturas buscando mejor clima, los servicios se dificultan y se está deteriorando aún más la cuenca sur del Lago de Managua, las industrias tiran efluentes químicos que contaminan cuerpos de agua (lagos y ríos); existe una sobreexplotación de los recursos hídricos que pone en situación de peligro el abastecimiento de agua de buena calidad para consumo humano.

En el campo, la amenaza más evidente es la deforestación en áreas de vocación forestal para incorporarlos a actividades agropecuarias sin ningún manejo lo cual aumenta aún más la fragilidad de las cuencas hidrográficas. Esta situación representa una seria amenaza para la seguridad de los centros poblados ribereños, para la agricultura e infraestructura. El proceso continuo de sedimentación y contaminación de la red hidrológica está amenazando seriamente el uso de agua para consumo humano, el potencial hidro-biológico de las zonas costeras (esteros) y por ende la pesca artesanal. Por otra parte en las zonas secas por el nivel de intervención de los suelos y deforestación de los bosques de galería, se ha alterado el ciclo hidrológico que ocasiona que los ríos se sequen y que se acentúe el problema del agua para consumo humano.

¿QUE HACER?

Es urgente revertir estos procesos que degradan los recursos naturales, reducen la productividad y afectan la calidad de vida de la población, especialmente en el área rural. Para ello es necesario contar con un instrumento legal, que permita el ordenamiento del territorio nacional utilizando como unidad de planificación la cuenca hidrográfica. ¿Por que? Porque la cuenca hidrográfica es un sistema natural dinámico, constituida por elementos físicos, biológicos y humanos que reaccionan equilibradamente entre sí, creando un conjunto único y en permanente evolución.

Esto significa que el desarrollo rural para que sea sostenible, tiene que planificarse y ejecutarse utilizando el concepto de la cuenca hidrográfica a fin de establecer una relación armónica entre: el potencial físico, el potencial biótico (flora y fauna), y el potencial humano, el cual interactúa con el medio para su transformación y desarrollo de las actividades multisectoriales.

El MAG-FOR a través de la Unidad de Estudios Territoriales y con el instrumento del laboratorio de Información Geográfico (SIG), está llevando a cabo Estudios de Regionalización Biofísica con enfoque de Cuencas Hidrográficas en varios departamentos del país. El objetivo principal de estos estudios es contribuir con información de base para la restauración de los recursos naturales y mejorar la calidad de vida de la población rural, mediante una visión integral de propuestas que solucionen la problemática de las cuencas altamente intervenidas por la actividad agropecuaria y el manejo desordenado de los territorios. Con esto se persigue reducir la fragilidad y vulnerabilidad ecológica de las cuencas ante los impactos de fenómenos hidrometeorológicos.

LA NECESIDAD DE UNA ENTIDAD RECTORA

El Artículo 60, Capítulo 3, Título 4, de la Constitución Política de Nicaragua, establece que los nicaragüenses tienen derecho de habitar en un ambiente saludable, y que es obligación del Estado la preservación, conservación y rescate del medio ambiente y de los recursos naturales. Pero en Nicaragua no existe un organismo que dirija, coordine y norme las actividades en materia de manejo sostenible de las cuencas hidrográficas, y éstas constituyen importantes polos de desarrollo socioeconómico. Tampoco existen una definición clara de políticas, estrategias y procedimientos sobre el manejo sostenible de las cuencas hidrográficas que han sido objeto de una inadecuada gestión, tanto por parte del sector público como del privado. Por tal motivo es urgente la creación de una Unidad que coordine, dirija y oriente el Manejo de las cuencas Hidrográficas como estrategia para la producción sostenible.

Cuando tengamos la capacidad de rehabilitar nuestras cuencas hidrográficas mediante el manejo integral de sus elementos físicos y bióticos y se logre integrar positivamente el factor humano, se establecerá una armonía entre la sociedad y la naturaleza, que permitirá heredarles a nuestras generaciones venideras, un territorio como el que nos heredaron nuestros antepasados indígenas. Esto permitirá ser menos vulnerables ante las amenazas naturales.

Por lo tanto, la consigna es que todos los proyectos que estén relacionados con el desarrollo rural, y para que sean realmente sostenibles, deben orientar sus acciones utilizando la cuenca hidrográfica como unidad básica de planificación.

Director de Estudios Territoriales del MAG-FOR.  

Economía

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