- La expresidenta del CSE desmiente que se hayan tomado decisiones “a espaldas” de Roberto Rivas en 1996
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Rosa Marina Zelaya, ex presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), respondió ayer a las acusaciones que el actual presidente Roberto Rivas formuló, sobre irregularidades cometidas en las elecciones generales de 1996, calificando a Rivas como “partícipe” de las mismas decisiones.
A mediados de la semana, Rivas retomó las denuncias de anomalías en las pasadas elecciones, señalando que se afectó la composición parlamentaria en algunos departamentos, mediante ajustes técnicos que se hicieron a sus espaldas.
“Se cambiaron las reglas del juego para esa asignación, porque se estaba trabajando con los resultados matemáticamente, para ver cómo salían y se fue haciendo una resolución en una reunión convocada a las tres de la tarde y yo no estaba presente porque no fui citado. A las doce de la noche se me salió con la resolución bajo de la manga firmada por el resto de los magistrados”, recordó Rivas.
Con documentos en mano, Zelaya intentó demostrar que por el contrario, el magistrado Rivas había sido citado a todas las reuniones, aunque existieron momentos que no asistió, debido a sus ocupaciones como directivo de Coprosa y vicerrector de la Universidad Católica (Unica).
“Si él no asistía, el CSE no tiene ninguna responsabilidad. Pero en cada una de las actas, relacionadas a las elecciones de 1996, está la firma de Rivas, incluyendo la proclama final”, indicó.
Según el actual titular del CSE, hubo una sesión en la que se modificó la Ley Electoral, distribuyendo escaños de forma discrecional, pero no quiso retirarse de la misma debido a que era el único que podía manejar el sistema electrónico.
“El único que sabe manejar una tablita electrónica soy yo. Yo soy el que estuve levantando los datos, pero pedí que mi negativa a esa situación constara en acta”, señaló Rivas.
“Me parece que esos son términos inapropiados. Más bien lo que yo me acuerdo es que en una sesión del CSE cuando estábamos trabajando en eso, insistía en que a un departamento le correspondían dos diputados de un partido, posiblemente de su preferencia. Finalmente analizamos el tema y en realidad sólo le correspondía uno”, respondió Zelaya.
LEY NO ERA CLARA
Para la ex presidenta electoral, muchos de los elementos que a última hora causaron molestia de algunos candidatos en 1996, se debieron a ajustes que debía hacer el CSE, en lo que respecta a la asignación de escaños, por residuos.
“En ese momento era otra Ley Electoral que contemplaba el uso de los residuos para la asignación de escaños departamentales, eso se eliminó en la ley actual. En aquel momento la ley no era clara. Tuvimos que ajustarnos a un reglamento interno y basados en la ley para hacer esa asignación. Los recursos de revisión eran normales en todas las elecciones. Las tuvimos hasta en 1990”, concluyó.