- La madre fue asesinada y dos
hijos gravemente heridos. Uno de ellos, si sobrevive, quedará como un vegetal - La herida que sufrió en su cabeza le destruyó el cráneo y varias esquirlas se le incrustaron en el cerebro
Adrián Meza Granados Tomado de La Nación
COSTA RICA.- En coma, con un respirador artificial, entubado y con gran cantidad de mangueras se encuentra Juan José Reyes Umaña, de 8 años, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Nacional de Niños, luego de ser atacado por un hombre con un machete.
Este niño, a quien los médicos le dan un 20 por ciento de posibilidades de vida, es una de las tres víctimas que sobrevivieron la madrugada del viernes, en Filadelfia de Guanacaste, al brutal ataque que protagonizó, al parecer, José Martínez Corrales, nicaragüense.
A raíz de este mismo hecho falleció en el lugar Julia Umaña Obando, madre de Juan José, quien igualmente fue herida por el sospechoso –preso en Liberia– tras una discusión.
Los otros heridos, Julio Reyes Umaña (17 años) y Fernando Loáisiga Fernández (70), fueron reportados como estables en los hospitales Enrique Baltodano y México, donde permanecen, respectivamente.
De acuerdo con el doctor Santiago Ramírez, de la UCI, en este momento el niño se encuentra muy grave. Los próximos tres días, si logra sobrevivir, serán fundamentales para su recuperación, aunque el pronóstico es reservado.
Juan José presenta múltiples heridas en su cuerpo, principalmente en el brazo izquierdo. Empero, la lesión más delicada es una de unos 20 centímetros en la cabeza.
AGRESION DESPIADADA
“La herida que sufrió en su cabeza le destruyó el cráneo y varias esquirlas se le incrustaron en el cerebro. También le destruyó la membrana que protege a ese órgano. Está en la etapa crítica”, dijo Ramírez.
El niño fue intervenido quirúrgicamente el mismo viernes por tres tipos de especialistas: neurocirujanos, ortopedistas y cirujanos reconstructores. La operación duró cerca de 10 horas.
Este menor también presenta otras dos heridas importantes en su rostro, que van desde la nariz y llegan casi hasta la oreja izquierda. Además, tiene una fractura en un brazo y la amputación de un dedo en la mano derecha.
POCO ALENTADOR
Las posibilidades que Juan José viva son pocas. Pero si logra vencer en esta lucha, esa alegría se convertirá en tristeza, ya que no podrá llevar una vida normal por las secuelas que deberá afrontar para el resto de su vida.
Ramírez indicó que en este momento es aventurado decir cómo podría quedar el niño si se recupera; no obstante, por su experiencia se atreve a pensar que sufriría problemas para hablar, comer, caminar, escribir, reconocer, respirar y hasta padecería de convulsiones. Lo anterior, debido a que la herida que presenta el menor es en el área del cerebro que se encarga de las funciones motoras, de memoria y razonamiento.
Otro factor contra el cual luchan los médicos son las infecciones, pues a pesar que se encuentra con antibióticos, es probable que alguna bacteria lo ataque por la cantidad de heridas que tiene.
Por otra parte, ayer los familiares de la víctima mortal retiraron el cuerpo de la morgue para trasladarlo de nuevo a Guanacaste.