- Durante discurso inaugural de la Gran Convención del Sector Privado, el Presidente Alemán reconoció sus errores, pero a la vez culpó a los sandinistas
José Adán Silva [email protected]
El discurso que el presidente Arnoldo Alemán pronunció ayer durante la inauguración de la Gran Convención del Sector Privado, se centró en tres cosas: reconocer los errores de su gobierno, justificarlos y culpar de los mismos a los sandinistas, medios de comunicación y otros sectores.
Además, Alemán avivó los sentimientos antisandinistas en los empresarios privados, al recordarles “las injustas confiscaciones e inhumanas cárceles, persecuciones y crueles exilios de la dictadura totalitaria”, con lo cual inicia un proceso de polarización política en pleno desarrollo electoral.
El mandatario acusó a los sandinistas que gobernaron Nicaragua en los años 80, de ser culpables de muchos de los actuales problemas que afectan al sector privado.
“Seamos honestos reconociendo que esos asfixiantes gravámenes y muchos otros costos adicionales, vienen arrastrándose de los desmanes y abusos del pasado. Constituyen un pesado lastre para el pueblo nicaragüense”, dijo Alemán, quien no obstante, admitió cometer errores en su administración.
“Estamos muy conscientes de que en el camino del desarrollo hemos cometido errores y omisiones, diferido o pospuesto obras, desatendido o no dado las más deseables respuestas a tantas necesidades, carencias y urgencias”, manifestó el presidente, quien atribuyó estos errores a “que nuestros recursos son muy exiguos”.
Según el presidente, esto es aprovechado por algunos sectores para atacar al gobierno.
“No hay duda de la existencia de una aparente campaña promovida por ciertos intereses, tendientes a empañar, manchar, borrar u ocultar las obras realizadas durante los 3 años y 7 meses que lleva esta administración liberal”.
Alemán también criticó a los nicaragüenses que adquirieron la ciudadanía estadounidense y que reclaman propiedades que les fueron confiscadas durante el régimen sandinista.
“… A esa limitación debemos sumarles el inmenso peso de la deuda externa heredada, los costos incalculables originados por la ‘Piñata’, más el agregado de las multimillonarias indemnizaciones, muchas de ellas dudosas, del orden de los 700 millones de dólares, la presión de los reclamos de pago de ciudadanos norteamericanos que año con año hacen peligrar cuantiosos recursos externos”.
En lo único en que Alemán centró concretamente su respaldo, fue en solidarizarse con los productores: “Debemos otorgarles un énfasis prioritario y facilidades especiales al vital núcleo de los productores del campo”.