Xiomara Chamorro [email protected]
El secretario político del Partido Conservador, Edgard Paguagua, prefiere ser el fiel de la balanza al analizar el ascenso de su organización.
“Después de las elecciones del 96 en que nosotros obtuvimos 2,4 por ciento, cualquiera se hubiera ido a su casa, pero los dirigentes del partido, encabezados por Noel, el 23 de octubre ya estábamos recorriendo el país y mantuvimos el partido con miles de dirigentes en toda Nicaragua, que nunca bajaron la guardia”, dice Paguagua para indicar el primer factor de desarrollo de los conservadores.
Un segundo elemento según Paguagua, ha sido la actuación del diputado Noel Vidaurre en la Asamblea Nacional, que ha mantenido una voz de oposición durante toda la presente legislatura.
Adicionalmente, el dirigente conservador considera que la apertura del partido hacia otras corrientes, obligada por las restricciones impuestas por la Ley Electoral, enriquecieron a esa organización del concurso de otras corrientes políticas. “Este no es el partido cerrado de 1996”, valora Paguagua.
Consideración particular le merece la perfilación del voto-castigo, como otro elemento que se suma a la positiva tendencia que marcan los conservadores, de acuerdo a las encuestas.
“El factor que remata, obviamente, es la entrada de Pedro Solórzano al partido.
Muchos se preguntaban por qué Pedro, sin experiencia o trayectoria, pero esa era parte de una apertura y lo que significaba un líder popular al frente de un partido que nunca se había considerado popular, sino un partido de élite”, explica Paguagua.