- El templo religioso fue declarado Patrimonio Artístico Nacional y en el proceso de restauración se destaca como principal artífice el Padre Abelardo Toval. La Iglesia ha estado en la palestra de sucesos históricos, políticos y sociales y conserva uno de los conjuntos arquitectónicos coloniales que embellecen la ciudad de León
- El Padre Toval tiene como reto la construcción de la Capilla del Santísimo, el cambio del piso y el embellecimiento del atrio y jardín. Para conseguirlo, el Padre salió ayer a los Estados Unidos a trabajar por un mes como mesero en un restaurante. Su salario será invertido en las nuevas obras del Templo
Mercedes Peralta/Corresponsal
LEON.- La imagen de una Iglesia nueva, fresca y colorida, con toques artísticos, presenta el templo El Calvario, restaurado por el esfuerzo de su párroco Abelardo Toval, y el apoyo de esa comunidad. La obra tiene un costo de 567 mil córdobas.
Los trabajos comenzaron el dos de febrero, el día de las fiestas de la presentación de Nuestro Señor. Los daños eran graves, asegura el clérigo.
“En el interior restauramos el altar mayor que es de madera, el del Corazón de Jesús y La Purísima, algunas paredes, el techo de la Iglesia y la Sacristía, además de la pintura”, explica el cura que inspecciona hasta el último detalle de las obras, dirigidas por el maestro Mario Delgadillo Munguía.
La fachada de la Iglesia El Calvario es impresionante. Fueron restaurados y pintados los medios relieves en el frontispicio del templo que contienen los Misterios Dolorosos y el cuadro de la Resurrección del Señor.
Las torres, una de ellas construida en los años 60 para reponer la que fuera derribada por un temblor de finales del Siglo XIX, fueron pintadas en rojo “su color original”, explica el Padre mostrando un álbum de viejas fotografías de la Iglesia.
A TOVAL LE LLAMAN EL NUEVO PADRE PALLAIS
“Doy gracias a Dios que pudimos concluir en corto tiempo y con tan poco dinero esta obra para la gloria y honra de su nombre”, exclama el Padre. Una misa en acción de gracias fue oficiada por Toval el 16 de septiembre, a las 9:00 a.m., fecha en que también cumplió 50 años de edad.
Abelardo, “el nuevo Padre Pallais”, como nos dijo un amigo, es el único sacerdote que camina a pie por las calles de León, en zapatos tenis o sandalias, camiseta y un bolsito al hombro, donde lleva siempre un libro de oraciones y los santos Oleos que administra a los enfermos que visita en sus casas o en el hospital, de donde fue capellán cinco años.
Las obras las pudo concluir con la captación de fondos de actividades en la Parroquia y el aporte sustancioso de las familias Toval Ayerdis, Plata Rivas, Ocaña y Dra. Cecilia Mendoza, entre otras, a quienes agradece. Además, con el dinero que debió utilizar para la compra de un vehículo para uso del párroco.
La sencillez y entrega de Toval a la obra de Dios es reconocida en León. Por sus méritos le fue donada una casulla que perteneció al recordado Obispo Monseñor Julián Luis Barni, bordado en hilos de oro, con la imagen del Cordero Pascual y “sólo la he usado en grandes ocasiones”, señala. Para ser exactos, tres veces desde hace algunos años.
BREVE HISTORIA DE EL CALVARIO
El templo es una joya arquitectónica monumental, declarada Patrimonio Artístico Nacional en Decreto 11-42 del 2 de diciembre de 1982.
La primera ermita fue construida por don Alonso Díaz de Mayorga, Regidor de León, quien se trasladó al actual asentamiento con sus pobladores, tras el terremoto de 1609.
Díaz de Mayorga trazó las calles de la ciudad y obtuvo permiso de los caciques Ramírez del Barrio San Juan, para erigir la ermita en las “Lomas del Conejo”, la que posteriormente fue destruida por un terremoto.
En ese mismo lugar, al final de la Calle Real, en 1810 fue edificado el actual templo El Calvario, por el último Obispo y gobernador, Dr. Fray Nicolás García Jerez.
El templo ha estado en la palestra de sucesos históricos, políticos y sociales. Durante la Guerra Civil de 1912, cuando León tuvo que enfrentar las tropas hondureñas del General Luis Manuel Durón, en refuerzo de Adolfo Díaz; la ciudad había sido tomada por los leoneses en apoyo a los generales Luis Mena y Benjamín Zeledón, los días 18 y 19 de agosto, al igual que otros templos, El Calvario sirvió de cuartel de los defensores, dirigido por el General Jerónimo Ramírez Madregil, quien a pesar de su avanzada edad resistió a los agresores.
Como una reafirmación que El Calvario fue un lugar de martirio, el 15 de febrero de 1979 en las torres del templo, mientras se realizaba una protesta cívica del Movimiento Pueblos Unidos los jóvenes, Julio César Ayerdis, Oswaldo Lanzas, Mauricio Díaz Müller, Francisco Rubí y José Benito Jirón, fueron asesinados por la Guardia y, sus cuerpos arrastrados desde el campanario hasta las gradas.
SU ENTORNO ARQUITECTONICO
Alrededor de la Iglesia El Calvario se conserva uno de los conjuntos arquitectónicos coloniales que embellecen la ciudad, integrado por el Callejón, costado sur del templo que da acceso a una plazoletita rodeada de viviendas coloniales y es motivo de inspiración de los pintores.
También se encuentra un pequeño parque de estilo barroco, en la esquina oeste de la Iglesia y frente al parque otro gran atractivo de los artistas, una manzana que originalmente eran dos casas y fueron ocupadas por el apóstol de la Unión Centroamericana, General Máximo Jerez y la familia Sediles.
En esa manzana podemos observar antes de subir las gradas de El Calvario, una esquina con balcón saliente y arcadas de madera y ventanas de hierro forjado.
De ser revitalizado el entorno, constituiría un atractivo turístico.