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Llegó el adiós de Bubka

Edgard Tijerino M. [email protected] No lo volveremos a ver tratando de acercarse a las nubes… No más aquellos “vuelos” majestuosos utilizando la flexible pértiga como palanca para proyectarse espectacularmente… Incluso un “Zar” del atletismo como Sergei Bubka, extraído de las inmensas, profundas y hasta desconocidas extensiones deportivas de lo que fue la Unión Soviética, aquel […]

Edgard Tijerino M. [email protected]

No lo volveremos a ver tratando de acercarse a las nubes… No más aquellos “vuelos” majestuosos utilizando la flexible pértiga como palanca para proyectarse espectacularmente… Incluso un “Zar” del atletismo como Sergei Bubka, extraído de las inmensas, profundas y hasta desconocidas extensiones deportivas de lo que fue la Unión Soviética, aquel chavalo de 19 años que provocó un deslumbramiento en 1983 en el Mundial de Helsinki saltando 5.70 metros para ganar el oro, convertido a partir de ese instante en un fabricante de asombros tumbando constantemente la marca mundial, termina atrapado por el desgaste… Es triste, pero inevitable… Todos nos acabamos.

Lo ví hace unas semanas en el gigantesco Estadio Olímpico de Sydney, perder dramáticamente su última batalla aproximándose a los 37 años, intentando inútilmente elevarse hacia la grandiosidad… Nadie como él… Su marca de 6.14 metros, el equivalente a saltar un edificio de dos pisos, podría soportar por largos años, las embestidas de legiones de retadores, como los 8.90 metros de Bob Beamon en salto largo, que sobrevivieron más de dos décadas.

No pudo con los 5.70 metros, esa altura que superó hace 17 años para obtener el primero de sus seis títulos mundiales, una proeza posiblemente irrepetible…Y es que además del desgaste natural producido por una extensa trayectoria, hay que considerar la serie de lesiones que lo afectaron severamente en los últimos cinco años.

Lamentablemente, el hombre que más veces saltó encima de los 6 metros, no tuvo suerte en el firmamento de las estrellas olímpicas… Sólo pudo ganar el oro en Seúl 88, fallando consecutivamente en Barcelona 92 y Atlanta 96, antes de terminar de derretirse en Sydney.

Su mejor actuación en Juegos Olímpicos debió haber ocurrido en 1984, en Los Angeles, año en el cual, derribó 9 veces la marca mundial, pero no pudo asistir por el famoso boicot de los países socialistas.

Sus marcas de 6.14 metros al aire libre y 6.15 bajo techo, parecen inalcanzables para los más audaces y competentes garrochistas… En total, Bubka estableció 35 récords mundiales instalándose en la cima del mundo como garrochista.

Ahí estaba en Sydney, en una noche bastante fría, observando la altura de 5.70 metros, analizando la distancia, haciendo cálculos sobre su desplazamiento, impulsándose hacia el sprint, sujetando el aliento de la multitud, pero fallando en sus tres intentos.

Fue uno de los grandes dramas de los Juegos… Sergei Bubka, nacido el 4 de diciembre de 1963, dueño de la más rápida progresión de un garrochista en la historia de la especialidad, quedó eliminado sujetado por las lesiones y por el desgaste de una exigente carrera.

No lo veremos más en acción, pero cada vez que revisemos sus cifras, el asombro continuará cabalgado a la orilla de nuestra admiración.  

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