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La profesora Ofelia pone el primer bloque de la Casa del Maestro.

Periodismo y magisterio, amores de Ofelia Morales

Al abrir puertas, la Escuela de Periodismo se convirtió en un rico panal de miel, al que acudieron poetas, maestros y periodistas prácticos Mario Fulvio Espinoza [email protected] En febrero de 1959 el director del Centro Cultural Americano-Nicaragüense, señor Stuart Ayers, a petición de varios periodistas y poetas capitalinos inauguró lo que él llamó un “Taller […]

  • Al abrir puertas, la Escuela de Periodismo se convirtió en un rico panal de miel, al que acudieron poetas, maestros y periodistas prácticos

Mario Fulvio Espinoza [email protected]

En febrero de 1959 el director del Centro Cultural Americano-Nicaragüense, señor Stuart Ayers, a petición de varios periodistas y poetas capitalinos inauguró lo que él llamó un “Taller para Escritores”, aprovechando la presencia en Managua de un distinguido profesor de periodismo de la Universidad de Berkeley.

El taller era coordinado por el doctor Enrique Porras García y transcurrió con relativo éxito aunque también con ulteriores protestas de parte de los talleristas que proclamaban en ese tiempo su decidido apoyo a la triunfante Revolución Cubana. En vista de ese sesgo el señor Ayers decidió cancelar el curso al finalizar el año.

Esto ocasionó que tanto el doctor Porras como los intelectuales que actuaban como alumnos, gestionaran ante la Universidad Nacional Autónoma convertir dicha experiencia en una Escuela de Periodismo. Esa solicitud encontró eco en el rector magnífico de la UNAN, doctor Mariano Fiallos Gil, pero en vista de que la Universidad carecía de un presupuesto para crear nuevas carreras, los profesores, entre ellos el poeta Guillermo Castellón, los doctores Enrique Porras y Roberto Calderón, los profesores Eduardo N. Matus y Fidel Coloma, entre otros, ofrecieron sus servicios gratuitos durante ese año con tal de que naciera la nueva institución. Se prepararon los respectivos requisitos y programas académicos y ya para febrero de 1960 los asistentes al taller fueron elevados a la categoría de alumnos universitarios de la Escuela de Periodismo, carrera que nació adscrita a la Facultad de Ciencias de la Educación.

En 1961 la UNAN matriculó en la carrera, no sólo a los bachilleres y maestros sino a periodistas veteranos cuyo único título eran sus largos años de experiencia en ese quehacer.

Una de estas personas fue la profesora normalista Ofelia Morales Gutiérrez, que alternaba el ejercicio del periodismo con la docencia además de tener bajo su responsabilidad la dirección, -en calidad de presidenta-, de la Federación Sindical de Maestros de Nicaragua.

PRIMERAS PROTESTAS MAGISTERIALES

Si ya hemos descrito parte de su infancia y de sus primeros pininos como profesora normalista, conviene aclarar el papel beligerante que tuvo y sigue teniendo nuestra entrevistada en la lucha por la dignificación del magisterio.

– Usted dirigió a los maestros en etapas cruciales de la vida nacional, ¿háganos una relación de eso?

Durante dos períodos (1952 y 1962) fui presidenta de la Federación Sindical de Maestros de Nicaragua, y me tocó dirigir la primera gran huelga del magisterio en 1952. Exigíamos el 100 por ciento de aumento en nuestros sueldos. Durante varios días estuvimos llegando al congreso para presionar por nuestras demandas en las discusiones del presupuesto nacional. Los diputados nos habían prometido que nuestra petición sería aceptada, pero al terminar la última sesión salieron a la calle y simplemente nos dijeron que no se podía y que esperáramos hasta el presupuesto del año siguiente.

Eran las once de la noche y los maestros nos sentíamos abochornados, entonces el profesor Francisco Chavarría -que era uno de los nuestros y después ya no fue- nos exhortó a marchar al diario “Flecha” para que ahí proclamaramos la huelga. En ese tiempo era prohibido declarar huelgas, pero nosotros lo hicimos. Al día siguiente marchamos al correo para poner varios telegramas a los maestros de los departamentos para decirles que no dieran clases. El correo recibió nuestra plata pero no envió los telegramas.

No obstante ya Flecha circulaba con un gran titular que decía: “Maestros decretan huelga”, y los colegas de los departamentos se dejaron venir a la capital. Al día siguiente los 15 sindicatos que integraban la Federación paralizaron sus labores en todo el país. En ese tiempo era ministro de Educación Crisanto Sacasa, quien nos llamó a dialogar. Recuerdo que la diputada Olga Núñez de Abaunza, respondiendo a mis argumentaciones me dijo: “Pero mire profesora, los guardias ganan doce córdobas”. Si, le contesté, pero tienen uniforme y comida, además la preparación de un maestro nunca será igual a la de un guardia. Violenta me contestó: “¡Vaya a darse un baño de agua fría!”

Aquella frase fue utilizada por los maestros para burlarse de la Núñez de Saballos, aunque adujo que era una persona muy preparada y que con esa frase intentaba calmarme.

Pasaron ocho días, el presidente del congreso que era Luis Somoza, me decía: “Calmate muchacha que ya le vamos a subir los impuestos a las especies fiscales para aumentarles”.

Al final, tras ocho días de huelga, logramos nuestro propósito. De 120 pasamos a ganar 240 córdobas.

La segunda gran huelga fue en 1962 siendo ya presidente Luis Somoza. En esas circunstancias hasta nos vestimos de negro para desfilar. Las pláticas llegaron hasta las dos de la mañana. Luis Somoza nos decía: “Busquen en el presupuesto y van a ver que aumentarles no es posible”. Y nosotros buscamos y encontramos que los ministros ganaban 5 mil córdobas… Y propusimos que ganaran cuatro mil, al día siguiente el viceministro me dijo: “Vea profesora que si pagamos 4 mil nadie va a querer esos cargos”, y ni siquiera él nos acuerpó pues era un rico cafetalero matagalpino.

Intentaron dividirnos, como nosotros luchabamos también por los maestros empíricos, el susodicho viceministro nos decía: “Los profesores empíricos no valen ni un cacao, yo conozco a una profesora en San Rafael del Sur que tiene 30 años de dar clases y no sabe ni leer”… Y yo le contesté, pero las autoridades son las que nombran, nosotros estamos aquí reclamando un derecho, el derecho al trabajo. Nos aumentaron el sueldo subiendo el costo de las gaseosas, aunque la Eva Conrado dijo que yo me había vendido porque se lograron establecer aumentos por escalas, lo que no existía, y los empíricos pasaron a ganar 450 córdobas.

– ¿Y los sucesos de la Casa del Maestro?

Ya en eso no participé porque vi que el movimiento tenía corte político, pero el movimiento magisterial tenía buenas razones, pero Somoza contestó con el desempleo que golpeó a gran número de maestros.

– ¿Y qué enseñanzas saca usted de todo eso?

Pues que en el campo social el maestro aún a estas alturas no ha logrado su dignificación, a pesar que ahora el gobierno dice que reconoce el valor de la Educación pues ya ve usted, no hubo aumento a pesar que el año pasado les prometieron que año con año iban a tenerlo. El año pasado les aumentaron 70 córdobas, pero ¿qué puede hacer un profesor con 70 córdobas?

– Aún con todas esas luchas, ¿no se arrepiente usted de haber sido maestra?

No, porque he visto la realización de un magisterio más profesional, aunque quedan muchas facetas de lucha.

MAGISTERIO, POLÍTICA Y PERIODISMO

– ¿Cuándo comienza en usted la comezón de escribir?

El Colegio Renovación, donde yo trabajaba, quedaba a poca distancia del diario La Noticia que entonces dirigía el periodista liberal Juan Ramón Avilés, allí yo llevaba periódicamente mis escritos. Escribía sobre efemérides como, el día del Maestro, el día del libro, el día de Las Américas, y Juan Ramón no me preguntaba nada y mis artículos salían publicados al día siguiente.

– Pero usted era una persona notable dentro del partido liberal. ¿Verdad?

Yo soy una mujer política, pertenecí al Partido Liberal Independiente y fui presidenta de ese partido por Managua, pero nos tuvimos que retirar por las intransigencias del doctor Virgilio Godoy, fundamos el PLIUN donde trabajé bastante como secretaria. Hicimos buenas campañas a pesar de que no ganamos nunca.

– ¿Y su entrada a la Escuela de Periodismo?

Fue la Chabelita Palacios la que me dijo que habían abierto la Escuela de Periodismo y que entrara a ella porque yo escribía muy bien. Fui pues, me inscribí y me gradué en la segunda promoción siendo entre otros mis compañeros, Manuel Eugarrios, Jerónimo Alvarez, María Inés González, Sonia Reyes, Anuar Hassan, Emigdio Suárez, Esperanza Bermúdez de Morales, Douglas Gaithe, José Guevara Ruiz, Alejandro Tijerino Solís, Eligio Alvarez, Dunia Icabalceta Odette Housman y Haydée Traña. Como periodista y maestra he tenido muchas satisfacciones, entre ellas el nombramiento de mejor Maestra de Nicaragua en tiempos del doctor René Shick, también la Revolución Popular Sandinista me impuso la Orden Ramírez Goyena en tanto la Facultad de Ciencias de la Comunicación me otorgó un título honorífico de manos de su director Guillermo Rothschuh. Por otra parte, fui secretaria del Consejo Directivo del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) al cual pertenezco, presidenta de la Asociación de Escritores, y soy miembro de asociaciones, como la Unión de Mujeres Americanas, mesas redondas, la Cruz Roja y otras más.  

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