- Miles de nicaragüenses se desplazan hoy a los diferentes cementerios del país para adornar las tumbas de sus deudos, las que en su mayoría permanecen abandonadas el resto del año. En algunos lugares, acostumbran realizar cultos o practican costumbres que responden a tradiciones ancestrales
Cementerio refugio de antisociales
Lucía Vargas C. – Corresponsal
Jinotepe.- Tranquilo, limpio y ordenado luce hoy el camposanto de esta ciudad, cuyo paisaje es recortado por las innumerables cruces y monumentos blancos que fueron erigidos sobre las lápidas para custodiar el sueño eterno de sus moradores.
Pese a la fama de limpio y ordenado que ha tenido este cementerio, los jinotepinos dicen que este sitio se ha convertido en refugio de mañosos, borrachos y drogadictos.
Don Pedro Lovo Ramos, cuidador del cementerio, reconoció que en años anteriores se dio un asalto a una jovencita y hasta hace dos meses existía la presencia de personas con problemas de salud mental y alcohólicos, lo que según él ya ha sido superado.
Señaló que aún persiste la llegada de estudiantes, quienes realizan “actos inmorales” sobre las tumbas, además del consumo de licor, por lo que solicitó apoyo a las autoridades policiales.
Don Pedro: panteonero de cuatro décadas
Lucía Vargas – Corresponsal
Jinotepe.- Don Pedro Lovo, es un reconocido jinotepino de 73 años de edad, de los cuales 37 los ha dedicado al cuido del cementerio, donde incluso vive junto a su familia conformada por su esposa, 9 hijos y hasta nietos.
Y es que este “panteonero” habita en una casa de la comuna ubicada en el interior del camposanto, en donde ha visto crecer a sus hijos y hasta sus nietos.
Don Pedro no se queja de sus “vecinos” (los muertos) incluso dijo que son mejores vecinos que los vivos porque no se meten con nadie.
A diferencia de mucha gente, asegura no tener miedo y señala que nunca ha visto nada anormal. “ A los vivos es que se les debe temer”.
Don Pedro se siente orgulloso de su trabajo, ya que dice que tanto él como sus hijos han servido a la comunidad, pues los varones se dedican a la construcción de bóvedas.
A pesar de su edad, don Pedro acostumbra realizar un recorrido por todo el cementerio con los visitantes que así se lo piden, a quienes les muestra una a una las tumbas indicando el nombre del difunto y la fecha que ingresó “como huésped”.
El mes que más le gusta es noviembre, ya que en este tiempo muchas familias contratan a pintores para que arreglen las tumbas de sus deudos, las llenan de plantas y flores y sobre todo es la oportunidad de verlas limpias.
Altos costos por trabajos
Celso Martínez Orozco – Corresponsal
Matagalpa.- Para muchas personas de escasos recurasos económicos, realizar trabajos de ornato en la tumba donde reposan los restos de algún ser querido, resulta difícil debido a los impuestos que se tienen que pagar por este tipo de trabajos en el camposanto municipal.
Cualquier persona que desee realizar trabajos dentro del cementerio, tendrá que pagar en impuestos a la Comuna el 5 por ciento del valor de la obra.
Sin embargo con este dinero solamente se logra pagar a un vigilante que no puede hacer nada contra las personas que llegan a consumir estupefacientes o licor y en otros casos a realizar sesiones de sexo sobre las lápidas de las tumbas.
Muchas tumbas se aprecian con daños, como las cruces quebradas por los grupos que penetran al lugar y causan daños.
Desde el pasado 26 de septiembre, trabajadores de la Comuna, han sido rotados para realizar operaciones de limpieza de maleza en las calles internas del cementerio, pero la basura acumulada es quemada cerca de las tumbas, provocando deterioro en las mismas.
Cementerio en abandono
Jerónimo Duarte – Corresponsal
Nueva Guinea, Zelaya.- Anualmente quienes visitan el dos de noviembre el camposanto de esta localidad se encuentran con evidencias del abandono y descuido imperante.
El cementerio de esta localidad no cuenta con vigilancia ni personal de mantenimiento, lo que según la Alcaldía se debe a la falta de presupuesto, dado que éste no genera suficientes ingresos a la Municipalidad, dijo el responsable de servicios municipales, ingeniero Rolando Cucalón.
El funcionario añadió que anualmente el Cementerio Central genera 3,500 córdobas y el pago de un vigilante, por ese mismo período, es de 14 mil córdobas.
Cucalón explicó que un permiso de terraje cuesta 350.00 córdobas, pero la mayoría de quienes lo adquieren solicitan exoneración de impuesto, lo cual se concede dado que la mayoría de los pobladores de esta zona son de escasos recursos económicos.
Con motivo del dos de noviembre, la Comuna orientó fumigar el cementerio, pero según la joven Jamilce Cabrera, pobladora de este municipio, esta iniciativa es tardía porque la maleza creció considerablemente en el transcurso del año.
Más de dos siglos de cementerio granadino
Pedro J. Vindell Matus- Corresponsal
Granada.- En el cementerio granadino, que tiene más de dos siglos de existencia y donde descansan restos de generales reconocidos, trabajó ayer personal de la Alcaldía orientado a realizar limpieza y corte de monte acumulado en el año.
Este es considerado patrimonio histórico para el pueblo de Granada. Cuenta con dos áreas, en la de menor antigüedad están enterradas personas cuyas familias son de escasos recursos.
Según la alcaldesa Tatiana Raskosky, la Comuna contempla la posibilidad de construir un nuevo cementerio con suficiente espacio para albergar los restos de los pobladores de Granada.
En esa necrópolis están las tumbas de varios hombres que pasaron a la historia con el grado de Generales, por sus acciones militares, entre ellos: Frutos Chamorro, el General José F. Sáenz, Luis Valle, Luciano Astorga y don Pedro A. Marenco, entre otros.
Camposanto invadido por animales y borrachos
Noelia Sánchez Ricarte – Corresponsal
Rivas.- Se dice que un cementerio es un camposanto en donde descansan los restos de amigos, familiares o conocidos; pero en Rivas la ausencia de un muro que resguarde los cuatro costados de este lugar ha propiciado que los animales, tomadores de licor y profanadores de tumbas lleguen a este sitio para hacer de las suyas.
El problema se origina porque este cementerio está rodeado de un pequeño e inservible cerco, que permite el acceso de quienes quieran ingresar a cualquier hora del día.
Históricamente este cerco ha permanecido allí, ante la mirada pasiva de quienes han administrado los bienes de la Comuna; sin que se realice un proyecto serio que contemple la construcción de un muro que brinde protección.
El año pasado en este lugar una tumba apareció profanada supuestamente porque la persona enterrada tenía un diente de oro; nunca se supo quién era y finalmente la Alcaldía se encargó de regresarlo a su lugar de descanso.
También las vacas hacen su trabajo y se mantienen en la famosa loma de Carazo “pastando”, si alguien coloca un crucifijo o alguna estatua de mármol es muy probable que desaparezca.
La famosa loma de Carazo de este cementerio es un sitio de convergencia entre quienes desean saber qué existe en este lugar; allí descansan los restos de Evaristo Carazo, un rivense que fue Presidente de Nicaragua en el período de 1887-1889.
Sin duda una historia rica y digna de recordar, pero si bien es cierto en esta loma se colocó una estatua para rendir honor a su nombre, desde hace buen rato se encuentra olvidada y sin cabeza.