- Ronald Avilés pasó tres días ahí hasta que una niña escuchó sus lamentos
- Bomberos lo rescatan y lo trasladan al Hospital Alemán
Juan Rodrí[email protected]
Tres días sobrevivió el joven Ronald Alejandro Avilés Castillo (21), de forma milagrosa a una peligrosa caída en una letrina abandonada de siete metros de profundidad. Una niña que jugaba cerca de la fosa, escuchó de casualidad los lamentos de dolor de la víctima.
El insólito hallazgo del joven Avilés se dio a mediodía de ayer en el Barrio Anexo a Villa Reconciliación, en Managua, cuando la niña jugaba muy cerca de la peligrosa fosa.
Vecinos explicaron a LA PRENSA que la menor escuchó que desde el fondo del hoyo salía una voz hueca y débil. Tras la alerta de la menor, varios vecinos acudieron a revisar qué había en la letrina abandonada en un lote vacío, y se encontraron con el joven Ronald Alejandro Avilés, que es vecino del lugar. Avilés se encontraba inmóvil y encogido pero boca arriba por la estrecha fosa. Varias personas trataron de sacarlo con su propia imaginación utilizando una larga escalera, pero la víctima estaba tan golpeada, que se quejaba dolorosamente cada vez que intentaban sacarlo hasta la superficie.
Entonces optaron por llamar a los Bomberos y a la Cruz Roja, quienes lograron rescatarlo y trasladarlo al Hospital Alemán Nicaragüense.
HUIDA
El papá de la víctima, Julio César Avilés, explicó que su hijo regresaba de su trabajo en horas de la noche del pasado miércoles, y cuando iba de la terminal de la 119, dos cuadras al sur y una arriba, le salieron varios pandilleros para asaltarlo.
El muchacho corrió por una calle oscura, y para escaparse de sus atacantes, cruzó por varios terrenos baldíos, sin imaginar que la fosa estaba abierta sin ningún tipo de protección, cayendo estrepitosamente.
Julio César sufrió un desmayo producto de la caída y por las quebraduras en pies y manos.
Los familiares de Julio César se preocuparon desde el mismo miércoles que no llegó a su casa. El siempre realizaba esa misma rutina: salía del Anexo de Villa Reconciliación a tomar un autobús para llegar a su trabajo, y por la noche regresaba por esa misma vía.
La familia dio gracias a Dios porque Ronald Alejandro estaba vivo, pues lo habían buscado en las estaciones policiales y hospitales, y nadie pudo darles razón, pero el infortunado joven está a salvo por el providencial aviso de la niña.