Alberto Genis [email protected]
Cuídenle bien las manos a este prófugo de la justicia mexicana. Antecedentes más antiguos revelan que siendo Secretario General de Turismo en la provincia mexicana, se apropió de la alberca municipal que gozaban los niños de Valle de Bravo para convertirlo en un club privado “La Marina Azul” cuyas acciones poseen él y sus familiares. También: con semillas importadas destinadas a campesinos mexicanos se estableció como un importante productor de arbolitos de Navidad.
Como hijo de madre nicaragüense, me apena que aparezca mi país en las noticias como albergue de una de las más experimentadas y temibles fichas del PRI. Si resulta cierto que tiene padrino en Nicaragua, cuidado, querrá una transferencia de tecnología electoral financiera que le permita repetir los fraudes vistos en México. Dios quiera y muy pronto se deshagan de él. Mientras tanto, mucho, pero mucho cuidado.