Para aquellas personas que creemos que en Nicaragua debe de establecerse un verdadero estado de derecho, para aquellos que queremos que un gobernante dirija los destinos de un país acertadamente, en donde los nicaragüenses trabajemos unidos sin que puedan ideologías perturbar una apertura a la unificación de hermanos, que por las guerras fratricidas impuestas por el gobierno de izquierda en años anteriores nos han llevado a la destrucción misma sin poder tener conciencia de lo absurdo de nuestra actuación.
Estando así las cosas es conveniente reflexionar, sobre todo lo que ha pasado en estas elecciones recién pasadas y evitar que se cometan errores tales como creer que el partido opositor va a aceptar una derrota sin pelear, ¿cómo creer que los partidos democráticos “desunidos” puedan ganar las elecciones del 2001?
Los que dirigimos la campaña que llevó al poder a la UNO en un clima de terror, pero que llenos de fervor patriótico lo dimos todo, batallones de soldados con la pluma en la mano y apoyados por la razón, enfrentamos una guerra desigual pero triunfamos, ¿podrán reconocer los políticos actuales ese trabajo realizado en el 90? ¿venceremos unidos al FSLN con ese batallón de soldados democráticos como lo hicimos en el 90?
¿Estarán dispuestos estos soldados a combatir con la pluma, la palabra y la razón nuevamente aún sabiendo que después del triunfo fueron olvidados y hasta hoy viven en el olvido?
Si queremos que las elecciones de noviembre del 2001 sean transparentes, si queremos que el ganador gobierne en un clima tranquilo y sin presión los partidos desde ya tienen que solicitar mayor observación internacional, desde ya preparar los fiscales de mayor confianza para asegurar el sufragio, ahora bien; “la pregunta del millón” ¿seguiremos soportando el chantaje? ¿Se va a ceder a la presión impuesta?, entonces, ¿para qué realizar elecciones si siempre gobernarán desde abajo?
Dr. Aristeo Zeledón Rodríguez
Dirigente conservador,
Estelí, Nicaragua.