Por medio de la presente, permítome exponer a las autoridades correspondientes, a la ciudadanía y a los señores analistas que en medios televisivos, se han expresado acerca del abstencionismo, en las pasadas elecciones del 5 de noviembre año 2000; paso al relato de hechos concretos.
Sólo en mi caso particular y el de mi esposa. Nos verificamos en los padrones electorales, según mandato del CSE en edificio del Viejo Club de Villa Fontana.
Días después recibimos aviso del Consejo Supremo Electoral, control No. 00087623 cambiando el local donde deberíamos ejercer el derecho al voto. Días después recibimos aviso corregido del Consejo Supremo Electoral, control No. 01422344, dándonos otra dirección inexistente.
Con este segundo mensaje relacionado anteriormente fui al CSE, ubicado del Zumen 2 cuadras al sur, 1/2c abajo, Delegación de Cedulación Distrito III, Consejo Electoral Municipal, Managua. Donde anteriormente gestioné y obtuve mi cédula, sin obtener ningún resultado aceptable. Habían en ese recinto más de 20 ciudadanos con el mismo problema. El portero nos pedía la cédula.
Por mi propia cuenta, indagando y adivinando logré ubicar un edificio en la UNAN, costado sur, donde un vigilante uniformado me afirmó, allí sería la mesa electoral o Junta Receptora de Votos, eso fue el 4 de noviembre en la tarde.
El cinco de noviembre inexplicablemente está cerrado el afanosamente buscado local. Al fin entramos al portón principal de la UNAN, buscando información y junto a otros ciudadanos en la misma búsqueda nos informaron: parece que allí dentro de las aulas de la universidad, es donde están las mesas de votación.
Efectivamente allí encontramos las mesas electorales donde ejercimos el derecho al voto, sin ninguna dificultad y luego fuimos señalados con tinta el dedo pulgar hasta debajo de la uña, que aún conservamos manchada 38 días después.
Pregunto al Consejo Supremo Electoral ¿con que fines se produjo lo relatado o por qué razón? ¿A cuántos ciudadanos les pasó lo mismo o similar confusión? La mayoría de los ciudadanos, no tienen los recursos, ni el tiempo y la paciencia que gastamos nosotros para darnos el lujo de ejercer el derecho al voto.
Considero que el Consejo Supremo Electoral debe ser la voz de la democracia. Con toda consideración, me suscribo y le recuerdo a toda la ciudadanía la reclamación es un derecho ciudadano y obligación ciudadana ejercitarlo.
Gustavo Argüello Argüello.