Dr. Emilio Montes Flores [email protected]
Un General Joaquín Cuadra Lacayo desbordado y visiblemente enojado fue el que pudimos ver en un telenoticiero local, después que los señores del Consejo Supremo Electoral le entregara un documento en que le informaban que la solicitud para obtener la personalidad jurídica a su partido político fue “Desestimada”.
Desde todo punto de vista si hablamos de Estado de Derecho y Democracia, el decapitamiento político del General es injusto, irracional y violatorio a los presuntos derechos políticos y constitucionales que tenemos los ciudadanos nicaragüenses.
Pero, lo que se le olvidó al General Cuadra fue las tropelías y las miles y miles de violaciones a los más elementales derechos humanos que cometió la Revolución y de las cuales él fue copartícipe.
Lo mismo que sintió el General cuando lo “Desestimaron” fue lo que sentimos los nicaragüenses que no comulgamos con el comunismo y que durante el período revolucionario tampoco tuvimos derechos políticos de ningún tipo.
A nuestros políticos se les olvida que la vida da vueltas, tarde o temprano, que la historia es repetitiva, en pocas palabras un boomerang. Para todo se escudan en preceptos religiosos pero no han aprendido a no escupir hacia arriba y parece que jamás han leído el precepto que reza: “No hagas a tu prójimo lo que no deseas para ti”.