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Marlon Amador.

Le gana la pelea a la vida

Hijalmar Padilla [email protected] Con la misma estatura y con 37 años a cuestas, el reconocido boxeador Marlon Amador, peleando en el peso de la realidad, le sigue ganando la partida a la vida. ¿Quién no recuerda a Marlon Amador? De buena estatura, de manos largas y piernas rápidas, Amador con su refinado estilo boxístico bañó […]

Hijalmar Padilla [email protected]

Con la misma estatura y con 37 años a cuestas, el reconocido boxeador Marlon Amador, peleando en el peso de la realidad, le sigue ganando la partida a la vida.

¿Quién no recuerda a Marlon Amador? De buena estatura, de manos largas y piernas rápidas, Amador con su refinado estilo boxístico bañó de gloria a Nicaragua mientras tiraba puñetazos rumbo a la gloria deportiva en el peso minimosca durante los primeros años de la década de los 80.

No estudió mucho, quizás por priorizar el boxeo. A duras penas llegó al tercer año de secundaria.

No obstante, sus medallas de plata conquistadas en el Campeonato Centroamericano de Boxeo Aficionado en Santo Domingo, República Dominicana en 1981, y los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana, Cuba 82, equivalen a venerar al sufrido pueblo de Nicaragua con un posgrado pugilístico.

En ese entonces, sobre la base de un boxeo depurado Amador disputó la final frente al quisqueyano Laureano Ramírez en Dominicana, y con la muñeca de su mano izquierda lastimada contra el cubano Rafael Sáenz, en La Habana 82.

“Es lo mejor que me ha pasado en mi vida”, dice con mucha locuacidad Marlon Amador.

Después de realizar unos 85 combates, de ganar aproximadamente 70 y colgar los guantes en 1983, este glorioso boxeador continúa imponiéndose ante las exigencias de la vida.

En la actualidad mantiene un feroz combate por mejorar todavía más sus condiciones luchando junto a Martha Verónica Silva, su segunda esposa y madre, justamente, de su segundo hijo, Betsaida Abigail Amador Silva, una hermosa niñita de 12 días de nacida.

“Lo que más me caracteriza es el espíritu de superación”, se jacta y con razón, uno de los boxeadores más vistoso en la historia del boxeo amateur pinolero.

A FONDO CON MARLON AMADOR

¿Tus conquistas han sido lo mejor para Nicaragua?

“Bueno, la medalla de plata en el Centroamericano y del Caribe en República Dominicana fue la primera en ese entonces, después de la conquistada hace 40 años por ‘Kid’ Centella”.

¿A qué se dedica Marlon Amador en la actualidad?

“Soy propietario del un taller de baterías de nombre “Clásico”, ubicado de Los Tayacanes dos cuadras arriba, y también me dedico a la fotografía contiguo a la embajada americana”.

¿Cómo surge eso de la fotografía y el taller de baterías?

“Las fotos por un hermano que me enseñó, y lo de las baterías también por un hermano que me aconsejaba, diciéndome que de qué iba a comer una vez retirado del boxeo”.

¿Cómo te ha ido familiarmente?

“Me he casado dos veces. Tengo un hijo en Chile, Marlon Francis, de 12 años. Hace cuatro años me uní a mi segunda esposa, Martha Verónica Silva, con quien acabó de procrear una linda niñita”.

¿Cómo te va en estos momentos?

“No estoy ni bien bien ni mal mal. Me va más o menos por la situación que vive el país”.

¿Lograste estudiar?

“Por el boxeo y otros proyectos de mi vida llegué hasta tercer año de secundaria. El boxeo me quitaba el tiempo, sin embargo me hizo vivir una época dorada que difícilmente se vuelva a repetir”.

¿Te ha hecho falta una carrera profesional, universitaria?

“Realmente no he tenido mucho problemas, seguro, porque en este país aunque uno sea un profesional no hay mucho futuro”.

¿Qué sería lo conveniente para recuperar la gloria boxística?

“Apoyar al deporte como antes”.

¿Cuáles son tus planes actuales?

“Trabajar para impulsar el boxeo aficionado con una gran disposición para formar parte de un ambicioso proyecto junto a Gustavo Herrera. Es un plan que tiene la Dirección de Recreación y Deportes de la Alcaldía de Managua. Esta gente, en especial Evert Cárcamo y William Aguirre, tienen muchas y buenas ideas”.

A propósito… ¿quién es mejor, Gustavo Herrara o Marlon Amador?

“Cada cual en su tiempo. Herrera era estilista y fajador y yo puramente estilista. En el caso mío tuve la exigencia de solamente pelear afuera de mi país sin el respaldo del público nicaragüense. Para mí eso es más difícil”.

¿Por qué tanto tiempo detrás del anonimato?

“Tal vez porque estuve cinco años viviendo en Canadá, de 1987 a 1991, pero también porque me dediqué a mi negocio. A superarme”.

¿Cómo te fue en Canadá?

“Pues bien, pero me va mejor en mi país. Afuera se sufre mucho. Aquí soy y sigo siendo Marlon Amador”.

¿Qué te dejó el deporte?

“Lo más importante: la felicidad de haber representado a mi país. Ese ha sido el éxito de mí vida”.

¿No te han olvidado?

“Creo que estoy volviendo al ‘hit parade’.  

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