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Portada del libro testimonial sobre Álvaro Baldizón, pubicado en EE.UU.

“Mi hermano huyó porque lo amenazaron de muerte”

Rosana Baldizón Avilés, hermana del ex teniente del MINT, Alvaro Baldizón, quien desertó en julio de 1985, portando documentos inculpadores sobre ejecuciones y torturas, concedió por primera vez una entrevista a LA PRENSA sobre las causas de la deserción y la cárcel injusta que sufrió su otro hermano, Mario Baldizón. Roberto Fonseca L. [email protected] SEGUNDA […]

  • Rosana Baldizón Avilés, hermana del ex teniente del MINT, Alvaro Baldizón, quien desertó en julio de 1985, portando documentos inculpadores sobre ejecuciones y torturas, concedió por primera vez una entrevista a LA PRENSA sobre las causas de la deserción y la cárcel injusta que sufrió su otro hermano, Mario Baldizón.

Roberto Fonseca L. [email protected]

SEGUNDA Y ULTIMA ENTREGA.-
En un cementerio de Los Ángeles, Estados Unidos, está enterrado el ex teniente del Ministerio del Interior, Álvaro Baldizón Avilés, quien desertó a través de Honduras, llevando consigo toda la documentación original de los casos investigados por él y sus subalternos, en relación con torturas y ejecuciones por parte de miembros y oficiales de las Fuerzas Armadas.

Muchos de los casos investigados ocurrieron en el Atlántico Norte del país, en contra de mískitos acusados de colaborar o de participar en las filas de la Contra. Baldizón los investigó, reportó a los responsables, pero quedaron en la impunidad.

Murió en circunstancias misteriosas el 19 de junio de 1988. En su lápida quedó inscrito este mensaje: “Hablaste por los que fueron silenciados. Para siempre en nuestros corazones”.

Su hermana, Rosana Baldizón Avilés, de regreso en Nicaragua, aceptó por primera vez hablar sobre la deserción y muerte de su hermano Alvaro, con quien no tuvieron prácticamente ninguna comunicación entre 1979 y 1985, debido a que él estaba en las filas del MINT y ellas —su hermana y su mamá— en Los Angeles, Estados Unidos. Fue hasta que desertó que se reencontraron como familia.

Mientras ustedes se encuentran en Estados Unidos, ¿él mantuvo alguna relación con ustedes?

No, prácticamente no, mis dos hermanos que estaban aquí (Mario y Ricardo) lo veían, pero él nunca nos llamó ni nos escribió a nosotras; estábamos prácticamente separados.

¿Y, Mario y Álvaro vivían juntos en Nicaragua?

No, Mario vivía en Las Brisas, con mi hermano Ricardo, una señora los cuidaba porque Mario era soltero, mientras que Alvaro vivía con su esposa y su hijo en la casa de ella, en la Colonia Tenderí.

Entonces, ¿ustedes no tenían conocimiento de que él pensaba desertar?

No, incluso mi mamá vino a Nicaragua a resolver su situación legal en Estados Unidos con respecto a la residencia y él no le dijo absolutamente nada. Alvaro la visitó en la casa de ella, pero nunca dijo nada.

¿Por qué crees que tomó entonces la decisión de irse, de desertar del MINT?

Sinceramente, me imagino que él tenía una tormenta interior y no se la podía exteriorizar a nadie, porque le podía costar la vida a él y a sus seres queridos, lógicamente estaba protegiendo a las personas que dependían de él o que podían ser afectadas por su decisión, incluyendo a Mario, su esposa e hijo.

Él se tiene que ir porque entre los mismos compañeros, hubo alguien que le dijo: “Estás condenado a muerte, te van a mandar a matar porque sabés demasiado”. Así que decidió jugarse el todo por el todo, llevarse todos sus documentos y credenciales e irse, a ver si cruzaba la frontera, y la cruzó sin ayuda de nadie.

Pero, ¿no se llevó a la familia?

Ya no tenía tiempo. En ese tiempo no era asunto de decir “me voy para Miami”, él sabía el terreno que estaba pisando. Él estaba dentro del sistema y sabía qué terreno estaba pisando.

¿Y le avisó a Mario?

Me imagino que no, para Mario fue una sorpresa. Dice que él se bajó de un taxi para entrar a su casa cuando llegaba del trabajo, y un vecino llegó y lo abrazó. Nosotros le llamamos a eso “el abrazo de Judas”, porque lo que esa persona estaba haciendo era señalar quién era Mario, así que después llegaron y se lo llevaron preso.

Pero, entiendo que a Mario lo acusaron de haber colaborado con la deserción…

Lo acusaron de cosas que él nunca hizo. Mario, mi pobre hermano, jamás tuvo nada que ver, era un hombre que estaba luchando por sacar su carrera, costeándosela con su trabajo y al mismo tiempo tratando de ayudar a mi mamá manteniendo a mi hermano menor en el colegio. Es increíble lo que le pasó, él fue una víctima inocente.

Pero entonces, ¿no lo llevó en un carro, no lo trasladó a la frontera?

No, absolutamente nada. Álvaro Baldizón se fue solo, entiendo que en una moto o en un jeep, no recuerdo con exactitud.

¿En qué momento capturaron a Mario?

Bueno, más o menos cinco días después que Álvaro desaparece. A Mario lo llevan para investigación, al igual que a la esposa de Álvaro, a la cual soltaron después, parece que estuvo presa como 20 días.

En el caso de mi hermano Mario, se lo llevaron en julio, días después de que se fue Álvaro, y nos dimos cuenta por unos familiares, como 20 días después, que estaba vivo, que lo tenían detenido, aislado, y que era imposible soltarlo. A esas alturas, tampoco sabíamos nada de Álvaro, estaba desaparecido y lo daban por muerto.

¿Cómo que desaparecido?

Es que Álvaro cruza la frontera con Honduras y un comando de Contras lo captura, ya que lo ven de uniforme, con su maletín, y gracias a Dios no lo matan, sino que lo detienen y se lo pasan a los asesores, a sus jefes, ya que él se identificó y dijo cuál era su trabajo en el MINT.

Creo que lo tienen recluido cerca de la frontera, cerca de 21 días, y empiezan a investigarle toda su vida. A mediados de agosto le dan permiso para llamarnos y nos cuenta que ha desertado, después lo pasan a Virginia y nos mantuvimos más en comunicación. Después declara ante el Congreso sobre sus investigaciones.

A Mario, ellos (los sandinistas) lo tomaron como rehén para protegerse de cualquier cosa que pudiera venir, pero a estas alturas Álvaro ya no puede retroceder y él tiene que enfrentar su responsabilidad y enseñarle al mundo lo que él tiene, lo que él sabe.

¿Alguien del gobierno los llamó para hacerles alguna advertencia?

Me reservo el comentario al respecto.

¿Pero sí pudo haber ocurrido?

Pudo haber ocurrido sí, usted sabe que en estos casos todo es posible.

¿Y Álvaro, bajo el cuidado de quién estaba?

Bueno, él pasa al cuidado del Departamento de Estado de Estados Unidos, bajo su custodia. De más está decirte que lo investigaron de pie a cabeza, toda su vida, desde que nació hasta que cruzó la frontera. Todo lo investigaron, y demostró que era una persona verdadera, antes de presentarlo ante el Congreso.

Cuando alguien deserta con información valiosa, se supone que le pagan bien, que se hace millonario…

No, jamás. Álvaro ni recibió pensión como dicen muchos, ni tenía bienes, cuando él murió no tenía absolutamente nada. Fijate que se metió a estudiar técnico en refrigeración a través de Hemphill School y se graduó. Al momento de su muerte, estaba empezando a trabajar en eso. Tenía un carrito del año 81, un Toyota, eso era lo que tenía. En la parte de atrás llevaba sus herramientas de refrigeración.

¿Temía que lo mataran?

Lógicamente. Le voy a contar algo, creo que fue en el 87. Nosotros vivíamos en una calle que era bastante sola, donde había un supermercado al final de la misma. Una mañana yo estaba regando afuera de la casa y miré un carro Toyota Celica parqueado con un señor adentro, Álvaro y yo estábamos platicando, y vi que el tipo le está tomando fotos, con una cámara con lente bien grade. Le dije a Álvaro, pero el tipo se largó.

Si a él en ese momento lo hubieran estado cuidando, como muchos dicen, no hubiera ido muy lejos ese hombre. Pero no, Álvaro quería vivir una vida normal.

¿Pero, no tenía otra identidad, no estaba bajo el programa de protección de testigos?

Nada, si lo hubieran ubicado en el programa de protección a testigos nunca lo hubiéramos vuelto a ver, y lógicamente quizás estaría vivo en alguna parte, pero no es así, la verdad es que está muerto.

¿Qué pasó la noche de su muerte?

Recuerdo que era domingo 19 de junio de 1988, Día del Padre en Estados Unidos, no lo había visto la noche anterior porque llegué tarde, mi horario de salida era a las once de la noche. Él estaba solo en su cuarto. La noche anterior él había ido a comer a un restaurante de comida colombiana-nicaragüense, que quedaba a unas cuantas calles de donde vivíamos. No recuerdo cómo se llamaba, pero sí que surgió de la noche a la mañana.

¿Entonces?

Sonó el teléfono a las nueve y lo contesté, me había levantado a tomarme un café. Eran unos amigos que me preguntaban por Álvaro, ya que habían quedado de ir a desayunar juntos, pues era Día del Padre. A mí se me hizo raro porque este hombre no era impuntual, así que fui a asomarme a su cuarto. Cuando abro la puerta, le diré que jamás en mi vida había visto un muerto, siempre evité ir a funerales y velas, pero cuando lo vi, inmediatamente entendí que él estaba muerto.

¿Por qué tenías certeza de que estaba muerto?

Porque estaba muerto, él ya tenía horas, y se veía rígido; sus ojos estaban entreabiertos.

¿Cuál fue la causa según el forense?

Según el certificado de defunción, mi hermano muere a causa de un derrame cerebral.

¿Había sufrido antes de algo parecido?

No, de nada, inclusive se había hecho un examen médico para solicitar la residencia legal en Estados Unidos y le hicieron todo tipo de exámenes de sangre, de placas, y nada. Además, era un tipo que hacía ejercicios, tenía máquinas para hacerlos y salía a caminar.

¿Investigaron el restaurante?

Fui con el investigador del FBI, formularon preguntas, pero nada. Pero sí quiero decirte que así como apareció de repente el restaurante, así también desapareció, de la noche a la mañana el local estaba cerrado y luego en renta. Los dueños desaparecieron y ya. Nunca nadie me pudo decir alguna referencia sobre esas personas, que los conociera de antes.

¿Qué pasó con Mario después de la muerte de Álvaro?

Pasó un año, y aproximadamente en junio del 89 le dieron la libertad. Fue una víctima inocente, en realidad estuvo cuatro años preso sin motivo alguno. El ahora vive en Estados Unidos.

¿Y qué pasó con tu mamá?

Comenzamos el calvario de hacerla comprender lo que ella misma decía: que era antinatural que una madre enterrara a un hijo. Se le fue minando su salud y prácticamente a dos años de la muerte de Álvaro, ella murió. Nunca volvió a ser la misma. Murió de leucemia, el 15 de septiembre de 1990.

¿Cómo te gustaría que recordaran a tu hermano?

Yo siempre he querido que las personas lo recuerden como un buen hombre, que hizo lo correcto, que fue valiente, además, fue buen amigo y un buen hermano. Fue una persona que no se lucró en ningún aspecto y que pagó un precio muy alto, como fue el no volver a ver a su hermano libre, ni tampoco volver a ver a su hijo. Creo que Alvaro enfrentó con valentía su destino.

BORGE ANUNCIO COMISION INVESTIGADORA

En una alocución pública, celebrada el 11 de julio de 1983, el ministro del Interior, Tomás Borge, anunció a sus subordinados que se había conformado una Comisión Ad Hoc para investigar reportes de abusos por parte de miembros de las Fuerzas Armadas.

“Borge aseguró que tenía conocimiento de que algunos oficiales del MINT abusaban de su autoridad y que sus superiores ocultaban esos abusos”, reportó el embajador norteamericano Anthony Quainton, en el Telegrama Managua 03063.

Luego, al final del texto enviado a sus superiores, agregó un comentario: “Durante una discusión con el Embajador, en junio 6 (Telegrama Managua 02518), Borge anunció que el MINT podría abrir una especie de oficina para investigar denuncias de abusos por parte de oficiales”. A esa dependencia fue incorporado el teniente Alvaro Baldizón, ese mismo año.  

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