EFE
SAN SALVADOR.- Los empresarios de autobuses de El Salvador suspendieron ayer una huelga que por cuarto día afectó a gran parte del país como “muestra de buena voluntad” para negociar con el gobierno, pero éste reiteró que no lo hará y que establecerá un nuevo sistema de transporte.
La Asociación de Empresarios de Autobuses de El Salvador (AEAS) decidió reanudar el servicio tras la detención por la Policía, el jueves, de sus dirigentes Genaro Ramírez, Mario Lara y Joaquín Herrera, a los que la Fiscalía acusa de “alterar la paz y el orden público”.
El asesor jurídico de AEAS, René Hill, anunció en una rueda de prensa la suspensión de la huelga y pidió a cambio la libertad de los detenidos y la inmediata devolución de unos 400 autobuses que fueron decomisados por la Policía a sus dueños desde el martes por participar en la huelga. Hill insistió en que la paralización del transporte fue “la única opción que nos dejó el Ejecutivo para exigir nuestros derechos, ya que pedimos infinidad de audiencias sin obtener respuesta alguna, se nos negaron espacios para oír nuestras peticiones”.
El presidente salvadoreño, Francisco Flores, eliminó el martes un subsidio de combustible del que gozaban unos 6,000 empresarios del transporte público desde 1974, lo que representó un promedio de 40 millones de dólares anuales en la última década, según informes del ministerio de Economía.
Hill dijo que AEAS acepta que el subsidio al diesel sea abolido, pero remarcó que el gobierno debe buscar otras alternativas si no se quiere que se eleven las tarifas a los usuarios. Los empresarios aceptan un programa de créditos que ha ofrecido el gobierno para la adquisición de nuevas unidades de transporte, pero piden que se respeten las concesiones de líneas (permisos de operación) existentes, que ascienden a más de 8,000, ante el anuncio de que serán eliminadas al menos un diez por ciento.