- Prorrogan hasta hoy plazo para que FARC retomen diálogo de paz
AFP
BOGOTA.- A siete meses de dejar el poder, el presidente colombiano, Andrés Pastrana, encara fuertes presiones de la sociedad civil, la comunidad internacional, el ejército y la derecha local: unos le piden que salve el complejo plan de paz con la guerrilla de las FARC al que ha dedicado todo su capital político, otros claman que lo rompa definitivamente.
Pastrana, en un gesto inédito en tres años de proceso de pacificación, lanzó el jueves un ultimátum al grupo rebelde, al anunciar que esperará hasta las 21H30 locales de hoy, sábado (03H30 p.m. en Nicaragua), para que acepte retornar a la mesa del diálogo, tras una gestión de buena voluntad efectuada por la ONU.
El mandatario enfatizó que si esas gestiones no prosperan “se entenderá que las FARC no tienen intención de proseguir los diálogos de paz, y de ahí en adelante correrán otras 48 horas para que los insurgentes salgan de la zona del despeje (de 42,000 km2 del sur del país)”, plazo que se cumplirá a las 21H30 locales del lunes (15H30 en Nicaragua el mismo día).
La región del despeje, tan extensa como Suiza y dos veces más grande que El Salvador, y donde viven unos 100,000 campesinos, está bajo control de las FARC desde el 7 de noviembre de 1998, y su vigencia legal vencerá el próximo 20 de enero.
El alto mando rebelde ha advertido que el fin de la zona despejada supondrá automáticamente el término de las negociaciones de paz y el inicio de la guerra total, en medio de la campaña proselitista con miras a las elecciones legislativas de marzo y las presidenciales de mayo próximo.
Diversos analistas políticos, como el ex ministro de Defensa Rafael Pardo, señalaron que el anuncio de Pastrana indica que el mandatario conservador está por primera vez a la ofensiva en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista), el mayor ejército guerrillero del país con unos 16,500 combatientes distribuidos en varias regiones.
“Por primera vez el gobierno tiene la sartén por el mango y Pastrana retomó totalmente la iniciativa”, aseguró Pardo. El ex negociador oficial en 1991 en la desmovilización de la antigua guerrilla nacionalista del M-19 consideró que “el presidente no pudo más frente a tres años de generosidad, porque la paz sí ha estado en la mente del gobierno, no de las FARC”.