EFE
Ciudad del Vaticano.-El papa Juan Pablo II aseguró, que el demonio sigue en el mundo realizando sus “solapadas” acciones y tentando al hombre cuando menos se lo espera, y por ello hay que estar atentos para evitar ceder a las falaces lisonjas de la carne y de Satanás.
El Pontífice agregó que para luchar contra la sugestión del mal la Iglesia ofrece la plegaria, los sacramentos, la penitencia, la vigilancia y el ayuno.
Juan Pablo II hizo estas manifestaciones ante varios miles de personas reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano para el rezo del Angelus, en este primer domingo de Cuaresma.
Recordó que el pasado miércoles comenzó la Cuaresma con la imposición de la ceniza, que nos recuerda lo frágil que es la existencia terrenal y nos orienta a mirar a Cristo, quien con su muerte y resurrección rescató al hombre del pecado.
“El demonio continúa también hoy su solapada acción. Todo hombre además de la propia concupiscencia y el mal ejemplo de los otros es tentado también por el demonio y lo es más cuando menos se da cuenta. Cuantas veces con ligereza se cede a las falaces adulaciones de la carne y de Satán, para experimentar después amargas desilusiones. Por ello hay que estar en alerta para reaccionar con rapidez a cualquier tentación”, afirmó.
El Pontífice agregó que la Iglesia, “maestra experta de humanidad y de santidad”, nos da los instrumentos para combatir la “sugestión del mal”: la plegaria, los sacramentos, la penitencia, escuchar con atención la palabra de Dios, la vigilancia y el ayuno.
Juan Pablo II informó a los presentes que este lunes comenzarán en el Vaticano junto a la Curia Romana ejercicios espirituales, que se prolongarán hasta el próximo sábado.
Pidió a todos los fieles que le acompañen estos días de ejercicios espirituales con plegarias para que estas jornadas sean fructuosas, “no sólo para los que tomamos parte, sino para toda la Iglesia”.
El Papa y la Curia Romana se retirarán en ejercicios espirituales. Se prolongarán hasta el sábado 23 de febrero y se celebrarán en la Capilla Redemptoris Mater, del Vaticano.