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Después de un gustazo… una jarana

Durante la recién pasada temporada navideña, en el país circularon unos 1,500 millones de córdobas que fueron consumidos en gran parte por el comercio local, pero sólo el 20 por ciento de la población fue la que pudo comprar artículos suntuosos, ajenos a las necesidades básicas de la gran mayoría de la población Gabriel Sánchez […]

  • Durante la recién pasada temporada navideña, en el país circularon unos 1,500 millones de córdobas que fueron consumidos en gran parte por el comercio local, pero sólo el 20 por ciento de la población fue la que pudo comprar artículos suntuosos, ajenos a las necesidades básicas de la gran
    mayoría de la población

Gabriel Sánchez Campbell [email protected]

Aunque sabía que si usaba nuevamente la tarjeta de crédito para comprar a mitad de precio la camisa que quería, terminaría sobregirándola, Marcela González no pudo resistirse a la tentación de hacerlo, porque era una oferta que muy pocas veces encuentra en el año.

Era el inicio de la temporada navideña y las promociones de época que sólo pueden ser acaparadas por un millón y medio de nicaragüenses, según los análisis independientes, empezaban a bombardearle.

Como buena consumista compró regalos para todos sus cercanos. Un traje nuevo para su mamá, un perfume para su papá. Un comedor nuevo para la casa, ropa y juguetes nuevos para los niños y ella no podía quedarse sin autoregalarse y por eso decidió gastar el salario de una semana en el par de zapatos que luciría el 24 de diciembre, con un su famoso vestido rojo. Al final quedó con sus finanzas enredadas.

Por el contrario, Xiomara Cruz, una adolescente de 16 años de edad, con costo pudo comer la gallina rellena de la cena navideña. Primero porque sus padres están desempleados y segundo porque lo poco que logran conseguir apenas da para mantenerse.

Esta niña, en medio de esa situación pudo estrenar ropa porque su tía, una del casi millón de nicas que viven en el exterior buscando mejoras económicas, le mandó dinero a su mamá para que por lo menos le compraran un pantalón y una camisita.

Ambas están en los extremos de la balanza. Marcela pertenece al 20 por ciento de la población que promueven el consumo en la temporada navideña, mientras que Xiomara es parte del 80 por ciento de la gente pobre que tiene muy poco dinero adquisitivo.

Pero por lo menos Xiomara está en una situación más o menos ventajosa que miles, porque recibe la ayuda de su tía paterna que está en Estados Unidos, quien al igual que un millón y medio de personas, envían dinero y promueven el consumo local a través de las remesas.

La compra para esta joven fue parte de los 1,500 millones de córdobas que circularon este año entre noviembre y diciembre, que hicieron que el comercio creciera un 3.3 por ciento por la temporada.

LO MÁS VENDIDO

Según Martín Vargas, el presidente de la Cámara de Comercio de Nicaragua (Caconic), los productos más vendidos en esta temporada en el comercio formal están divididos en ropa, alimentos, restaurantes y electrodomésticos.

“Hubo un crecimiento en las transacciones comerciales que se hicieron este año, probablemente por el crecimiento que se ha venido presentando en la economía durante la mitad del año pasado. Sin embargo los bienes de consumo que se compraron este año están principalmente focalizados en ropa, electrodomésticos y gran parte al uso de bares, restaurantes y hoteles”, asegura.

Vargas, quien no se aventuró detallar cuáles son los productos específicos que compra la gente en esta época, porque “todo depende del segmento socioeconómico al que pertenece”. Sin embargo la mayoría de las cosas en Nicaragua son para satisfacer necesidades básicas.

Sin embargo, atribuye gran parte de las compras al bombardeo publicitario y la proliferación de las ofertas que se hace en el comercio para acaparar compradores por lo menos en este momento del año, cuando se paga el aguinaldo y la gente tiene un poco más de dinero disponible para gastar.

Asegura que en la temporada comercial más alta que se desarrolla en noviembre y diciembre, generalmente la gente que pasa ahorrando un poco, o que tiene ingresos fijos (incluido el aguinaldo) se asegura de suplir otro tipo de necesidades que vengan a darles un poco más de confort y gustos por lo menos una vez en el año.

Asimismo, considera que una de las principales fuentes de dinamismo en el mercado se desarrolla en los restaurantes, hoteles y bares, en donde muchas personas se reúnen para disfrutar con sus amigos y sus familias el dinero adicional que perciben.

En las tiendas, según Rosemary Zambrana, representante de Mercadeo y Publicidad de Galería Simán, muchos de los productos que se vendieron este año eran artículos de hogar, pero predominó mucho la venta de ropa y juguetes.

“Pero hubo de todo, creo que la gente aprovecha a gastar dinero cuando hay más ofertas. Como en el mercado todos quieren acaparar a los clientes porque el consumo de época es casi una cuestión cultural, las ofertas saltan una y otra vez”, manifestó.

FUENTES DE FINANCIAMIENTO

Para el economista Néstor Avendaño, las principales fuentes de financiamiento para los gastos de Navidad están dentro y fuera del país. Por ejemplo, el dinero que tanto las instituciones de Gobierno, como las empresas privadas del sector formal e informal a través del aguinaldo, ayudan a oxigenar un poco la economía.

Pero advierte que hay que tener en cuenta que para noviembre el Banco Central de Nicaragua (BCN) pone a circular unos 460 millones de córdobas más, de los que normalmente corren.

Además, las remesas que vienen del exterior para las familias más pobres, hacen que los que no tengan mucho dinero por el desempleo o por lo precario de sus salarios puedan comprar un poco más de cosas que lo que habitualmente costumbre, por una costumbre heredada.

Avendaño, dice que una importante fuente de financiamiento para los asalariados y la clase media y la alta, lo son ahora las tarjetas de crédito. Igualmente sostiene que una cantidad determinada de personas aprovechan las facilidades de crédito personal que algunas empresas o establecimientos comerciales dan a largo plaza para tomar las “jaranas” (deudas).

Para el economista Sergio Santamaría, las cifras de la gente que realmente puede comprar artículos de consumo que no son los alimentos básicos y la tradicional gallina navideña no superan el medio millón. “Los que pueden comprar cosas son los asalariados, funcionarios de Gobierno y algunos trabajadores independientes, porque una gran parte de la clase pudiente no incrementa sustancialmente sus gastos porque los hábitos de consumo son otros”.

Sostiene que por lo menos unos dos millones de nicaragüenses no pudieron hacer compras suntuosas porque la mayor parte de la capacidad de consumo radica en un segmente reducido de la población y al final hay mucho para pocos.

ENDEUDAMIENTO SE MANTIENE

Según Luciano Astorga, gerente general del Banco de América Central (BAC), en la época de Navidad la gente mantiene los mismos niveles de endeudamiento que en el resto del año.

Considera que de una u otra forma puede renovarlos, pero la mayoría de las cosas las mantienen constantes y programadas. “Claro está que los consumidores aprovechan la entrada adicional de dinero para comprar algunas cosas a precios más bajos en el comercio, pero eso es normal en todo el mundo”.

“El principal factor de consumo sí es el pago del aguinaldo, así como el hecho que algunas empresas paguen vacaciones a los empleados que no las limpiaron en el año. Igual los incentivos o bonos que se emiten y las muestras de afecto que se dan a través de los obsequios”, sostuvo.

INDEFINIDOS

Oficialmente no hay cálculos que revelen el nivel de endeudamiento de los nicaragüenses, pero se estima que para la temporada de diciembre la gente que gasta lo hace en dependencia a sus niveles de ingresos siendo la comida, la ropa y los electrodomésticos los bienes que más se venden.

CUESTIÓN CULTURAL

Según el sociólogo Cirilo Otero, en Nicaragua, el consumo en general radica en una cuestión de satisfacción de necesidades básicas para el estado de ánimo social, pero debido a las precarias condiciones económicas sólo pueden resolver las necesidades básicas. Pero asegura que en muy pocas familias el endeudamiento pasó de lo normal. “Se mantuvo porque muy pocos tienen la capacidad para hacerlo”.

“El consumo en esta época es un hábito cultural, que el comercio aprovecha cuando promueve una cantidad de ofertas, como créditos a largo plazo, rebajas especiales, adopción de los impuesto sobre ventas, ofertas amarradas. Es el ambiente propicio para indicarle a la gente cómo gastar el dinero que tiene”.

Otero sostiene que en este año el consumo nacional dependió en gran medida del endeudamiento externo, atribuido al ingreso de remesas familiares tanto de Costa Rica, como de Estados Unidos, porque los índices de desempleo en el país sigue siendo altísimo.

El economista Néstor Avendaño, considera que una de las razones principales para las compras en esta temporada es la costumbre desarrollada por las familias y las grandes empresas comerciales en el mundo entero durante décadas.

Según Sergio Santamaría, el comercio ha usado fechas como ésta para renovar los votos de amistad y cariño, haciendo crear un momento en el cual se pueden satisfacer las muestras de cariño con un artículo material.

Economía

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