Marlon José Navarrete Espinoza
Una forma para ver el atraso económico de un país es la ausencia de sus medios de transporte propiamente nacionales como es el caso del tren y de la aviación.
A principios de los años noventa se forzó la desaparición del ferrocarril de Nicaragua y las máquinas junto a sus vagones y hasta los rieles fueron mal vendidos a otro país en una actitud irresponsable y antipatriótica del Gobierno de esa época.
Igual suerte corrió la línea aérea Aeronica, que suplantó a Lanica, línea aérea de Somoza, y que contaba con un Jet Boeing 727. Aeronica contaba con un moderno y carísimo avión ruso de pasajeros Tupolev, y que fue prácticamente regalado a unos extranjeros. También tenía un Boeing 727 que se incendió y quedó inservible por las malas políticas de mantenimiento de los responsables en el Aeropuerto. Así desapareció la línea de bandera nacional, y aunque no era muy eficiente en la calidad de sus servicios, la gente viajaba en ella sólo por el hecho de apoyar lo que era propio.
Con estos hechos deplorables retrocedimos un siglo en Nicaragua y no se pueden argumentar razones económicas ni mucho menos mal vender bienes que son y le pertenecen a la nación no al Gobierno.
Aquí claramente se dio un falta de visión de futuro y falta de voluntad política para salvaguardar símbolos del país, que junto a una deficiente administración nos quitaron servicios de transporte que serán muy costosos y difíciles de recuperar en el futuro, pero vale la pena el intento para no vernos más como un pueblo rezagado y atrasado.