Querido Padre Alberto:
Responsabilidad de los hijos. Al final, nuestro matrimonio terminó.
Mi otro problema es mi madre. Ella es una gran católica, pero nunca me ha perdonado porque ella dice que el sacramento del matrimonio es para siempre.
Con el tiempo me junté con una mujer divorciada, que tiene hijos de su primer matrimonio. Mi madre nos ha hecho la guerra, ni de juego le puedo llevar a mi mujer a su casa.
Esto ha hecho que me aleje de mis padres, cosa que me da mucha tristeza, aunque ahora, Su Santidad Benedicto XVI ha propuesto que los divorciados podamos comulgar.
A pesar de que hace más de 10 años que no comulgo, nunca he abandonado la Iglesia, voy y participo de muchas cosas.
Me da tristeza la actitud de mi madre, que no perdona que haya dejado a la madre de mis hijos, pero creo que hay una luz con esto que he leído del Papa.
¿Qué cree usted que pueda hacer con mi madre? ¿No cree usted que si el Papa está cediendo, mi madre debía hacerlo también?
Carlos, el que quiere acercarse a su madre
Estimado Carlos:
Lamento lo que ocurrió con tu matrimonio y la situación que vives con tu madre. La separación y el divorcio nunca son fáciles y casi siempre los acompañan mucho dolor.
Las declaraciones recientes del Papa, sobre los separados y divorciados, no han cambiado las normas de la Iglesia sobre el matrimonio y el divorcio. Tampoco cambian la disciplina de los sacramentos. Cuando una persona no vive en un matrimonio sacramental (por ejemplo: que vive o se casa de nuevo con otra persona en segundas nupcias), esa persona no puede recibir los sacramentos. Esto no ha cambiado.
Lo que el Papa ha dicho es que la Iglesia debe hacer todo lo posible por hacer el proceso de “declaración de nulidad”, algo más práctico y asequible para quienes tienen la posibilidad de casarse nuevamente en la Iglesia; ya que sus primeros matrimonios no fueron válidos. Esto es un tema delicado y, a veces, complicado.
El Papa Benedicto XVI ha reconocido públicamente que hoy día existen muchas razones por las cuales una persona puede contraer matrimonio cuya “validez” puede cuestionarse. Pero, antes de llegar a la conclusión de que el Papa está “dando licencia a todos” para comulgar, debes hablar con el sacerdote de tu parroquia y ver qué posibilidad existe en tu caso para comenzar un proceso de “declaración de nulidad”.
Tu madre está ofendida y molesta contigo. Tienes que darle tiempo, ya que seguramente es una persona de carácter fuerte y decidida en su forma de ver las cosas. Yo te animo a que tengas mucha paciencia con ella y que trates de ponerte en su situación. Su forma de ver las cosas es muy distinta a la tuya. No puedes imponerle tu situación, más bien, debes darle tiempo para suavizar su postura. Ofrécele tu cariño y trata de no alejarte de ella, aunque ella continúe molesta contigo. Es una oportunidad para practicar la verdadera caridad cristiana y querer a alguien que te rechaza y no te acepta.
En todo caso, debes continuar viviendo tu fe y tratando de seguir por el camino del bien. La Iglesia no rechaza a los divorciados —ni a nadie— pero sí tiene normas que debemos seguir.
Un abrazo,
Padre Alberto
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